Hace tiempo que el relato de Néstor Susaeta es de los que conviene tener en cuenta. Nunca fue un futbolista al uso, siempre ha estado alejado del discurso plano y los tópicos, pero además los avatares personales le hacen ver lo que pasa en el campo con algo más de distancia. Siempre se muestra sincero sobre lo sucedido. "La primera parte ante el Numancia fue muy mala. Estuvimos agarrotados y ellos presionaron bien. No estuvimos cómodos con el balón y tampoco hicimos bien la presión. La segunda parte sí estuvo mejor", analiza. El factor desencadenante del cambio llegó desde el vestuario: "Al descanso nos echaron una buena bronca y nos vino bien. Apretamos más arriba y fuimos a por el partido, aunque no era como otros encuentros que lo teníamos más controlado. Fue una liberación ganar". El 1-0 deja a los azules con una cita complicada solventada y el ascenso algo más cerca. Toché, pragmático como en el área, resume la idea: "Sin merecerlo sacamos demasiado".

Todas las lecturas de lo sucedido el domingo ante el Numancia apuntan al resultado. Parece lógico. La victoria deja al Oviedo tercero en la tabla, a cinco puntos de los dos líderes. Una situación soñada que sin embargo choca con el ambiente que se respiró en la grada, con malestar por parte de un amplio sector de aficionados. Generelo citó la solución al final del choque: "Para cambiar el ambiente hay que ganar partidos". Susaeta desarrolla la idea. "Desgraciadamente no hay una pócima mágica que cambie todo. Ojalá hubiera más armonía entre todos. Pero hay que tener tranquilidad. Yo estoy tranquilo. Al final cambiará todo, se sabrán muchas cosas cuando se tengan que saber; se trata de dar normalidad. El público puede expresar su opinión y nosotros debemos ganar, como hicimos ante el Numancia", explica. "Es entendible que la afición exija y quiera que gane su equipo. Bilbao fue un bache que hemos olvidado y debemos alzar la vista. Debemos pensar en nosotros, en nadie más", interviene Míchel. Toché pone la puntilla: "A veces desde el campo no entiendes el por qué de los pitos, pero seguimos arriba y damos la cara. Queremos cambiar esos pitidos que recibimos, intentaremos que así sea".

Al margen del ruido desatado en la esfera social, la situación deportiva presenta una oportunidad única. Uno de los últimos en recordarlo ha sido Arturo Elías, a través de su cuenta de twitter en la noche del domingo: "Si hace un año me hubieran dicho que el Oviedo estaría jugando en Segunda y en tercer lugar en la tabla lo hubiera firmado. ¿Alguien no? Unidad".

Los azules se muestran como un conjunto fiero en el Tartiere donde ha construido su fortín y endeble a domicilio. El partido del domingo en Tarragona se presenta como una oportunidad única para cambiar la tendencia. "La sensación fuera no es buena", reconoce Toché: "estamos asimilando algunas cosas y sabemos que mantener la portería es primordial. Queremos dar otra sensación en Tarragona", proclama Toché. "Tampoco hay que volverse locos y querer ganar sin jugar. Sacar algo positivo sería muy interesante", razona Míchel. Susaeta sigue un razonamiento similar: "Los números no engañan: en casa logramos grandes resultados pero fuera no. No estamos haciendo bien las cosas fuera. Sabemos del potencial del Nàstic pero ojalá demos un golpe encima de la mesa".