A Diego Cervero le apasiona tanto su profesión que suele llevar un cálculo exacto de los puntos que se necesitan para alcanzar cada objetivo. Tras la derrota ante el Huesca, una de las más dolorosas que ha sufrido el Oviedo esta temporada, se le preguntó al delantero cuántos puntos serían necesarios para asaltar las dos primeras plazas de la tabla. "Si me hubieras preguntado antes del partido?", contesta apesadumbrado; "Todo pasa por ganar al Córdoba. Solo podemos pensar en ganar y recuperar sensaciones". Queda fijado así el camino en la rehabilitación: el clásico partido a partido. Nada de alzar la vista. Por si quedaba alguna duda, Cervero insiste en la idea: "Córdoba, Córdoba y Córdoba. Vamos a centrarnos en entrenar toda la semana y ganar el domingo".
La lección más directa de lo sucedido el sábado sobre el césped es que la plantilla ha quedado tocada con una inesperada derrota. Todos miraban a lo que hicieran Leganés y Alavés para intentar meter más presión a la zona de privilegia. Se daba por supuesta la victoria azul y se esperaba que alguno de los dos pudiera pinchar. Pero Generelo ya advirtió en la previa sobre el peligro del visitante. "Al Huesca le gusta manejar los partidos y que se juegue a lo que ellos quieren", avisó. Fue una radiografía bastante precisa de lo que sucedería después en el campo.
La derrota llega en un momento complicado para los azules, justo cuando la competición castiga los tropiezos. "Llevábamos tiempo sin puntuar fuera y lo logramos en Tarragona y después jugábamos en casa con la posibilidad de seguir sumando y engancharnos de forma definitiva. Parece que cuando pintaba más fácil llega el fallo. Duele porque hay poco margen de error", indica Cervero que encuentra algunas razones para seguir creyendo: "Tenemos que salir con la cabeza alta por darlo todo hasta el final. Nos quedan siete finales. Pensamos en el Córdoba porque no nos vale otra cosa que pensar que seguimos teniendo opciones". El delantero incide en su análisis: "Seguimos en la pelea. A la gente el equipo le puede gustar más o menos, pero lo intentamos hasta el final, peleamos y nos vaciamos. Esto no está acabado. Quedan siete finales, 21 puntos, y tenemos que recuperar las sensaciones".
El segundo puesto se aleja ahora a los cinco puntos cuando quedan 7 fechas por disputar, pero el peligro viene por detrás. Los candidatos a meterse en play-off aprovecharon para pisar los talones de los azules que aún tienen que disputar cuatro encuentros ante su gente. El Zaragoza, por ejemplo, es uno de los equipos al alza que mira a lo más alto. Los de Carreras son ya terceros, después de derrotar claramente al Alcorcón (3-1): acumulan tres victorias consecutivas y se presentan como la principal alternativa a Leganés y Alavés. Otro que nadie contaba con él y que se ha ido acercando peligrosamente es el Girona. Ya tiene 52 puntos, a uno de los azules.
Aunque, visto lo visto, en Segunda conviene no dar nada por sentado. Es una competición imprevisible y nunca sabes donde puedes encontrarte una dificultad, como reconoce Cervero: "Fuimos a Bilbao hace algunas semanas dando por hecho que ganaríamos y nos engancharíamos arriba y "palmera". No podemos empezar con que si ganamos al Córdoba puede pasar esto o lo otro. Vamos a centrarnos en entrenar toda la semana y en sacar los tres puntos".
A Cervero al menos le queda la pequeña satisfacción de comprobar que la gente está con él. Su salida al campo fue recibida por una sonora ovación. El efecto contagio se había logrado. "Emociona ver la reacción del Tartiere. Estoy muy agradecido por las muestras de cariño y fastidiado por no haber podido al equipo con puntos. Pusimos corazón pero las cosas no salieron. Yo estoy a muerte con el equipo indeoendientemente del rol que me toque. Creo en esta plantilla y en el cuerpo técnico y estoy seguro de que estaremos peleando hasta el último momento", indica.
