Los 50 albergan grandes estrellas con la elástica azul como Argila, Marigil o la primera parte de la carrera de Toni. Pero es Falín, hermano del también genial Emilín, el que acapara los focos. Centrocampista de una elegancia innata, Rafael García Martínez, era un interior de la época, encargado de crear juego. Lo que más destacaba de él era su desplazamiento en largo. Tanto, que en 1958, Bernabeu le ficha para el Madrid, tres veces campeón de Europa por entonces. Dicen que la intención del mandatario era que enseñara a los blancos a pasar en largo.