Los partidos a domicilio se están convirtiendo en la maldición del Oviedo esta temporada. Y la losa que ha impedido al equipo asaltar los puestos de ascenso directo durante toda la campaña. La última victoria de los azules fuera de casa ocurrió el 13 de diciembre, hace casi cinco meses, cuando el equipo dirigido entonces por Egea se impuso 1-2 en Anduva, en un encuentro que empezó por debajo en el marcador y al que logró darle la vuelta gracias al acierto de Toché. Fue un impulso decisivo para situar al Oviedo como una alternativa a los puestos de honor. Desde entonces, el equipo no ha conseguido ganar.

Con la derrota de ayer en Palamós, ya son 10 los partidos sin ganar lejos del Carlos Tartiere. El balance en este periodo es de seis empates y cuatro derrotas, lo que le ha costado a los azules que el ascenso directo se convierta en un asunto más que complicado. A los de Generelo aún les quedan dos visitas para finalizar la campaña y que se presentan decisivas para que el equipo pueda cerrar su presencia en el play-off de ascenso. En dos semanas viaja a Almería, que se está jugando seguir en Segunda la temporada que viene, y dos semanas después, en la penúltima fecha de campeonato, se desplaza a La Romareda para medirse al Zaragoza, un rival directo.

El empate de Osasuna hace que el Oviedo caiga al sexto puesto y que el ascenso directo se ponga momentáneamente a cuatro puntos. Si el Girona puntúa hoy en su visita al Córdoba, los azules perderían otra posición y se quedarían fuera de las posiciones de play-off.

Apoyo desde la grada. Como viene siendo habitual a lo largo de toda la temporada, el Oviedo no estuvo solo en Palamós. A pesar de la distancia con Oviedo, la presencia de peñas azules en diferentes puntos del país posibilitó que hubiera seguidores carbayones apoyando desde la grada. El desplazamiento más importante correspondió en esta ocasión a la Peña Oviedista de Barcelona, para la que los encuentros en tierras catalanas suponen la ocasión perfecta para mostrar su oviedismo. Algunos miembros de la peña ya estuvieron el viernes en el hotel de concentración de la expedición azul para transmitir a los futbolistas sus ánimos de cara al trascendental choque de Palamós.

El día de partido, la peña se desplazó desde Barcelona, donde tiene su sede, en un autobús. Desde el momento de su llegada al campo, el grupo de aficionados carbayones se hizo notar en el Estadi de Palamós Costa Brava. También hubo seguidores desplazados desde Oviedo, por lo que dieron cita en Palamós cerca de un centenar de oviedistas.