La plantilla del Oviedo ha empezado a mirar lo que resta de temporada de una forma más práctica después de los últimos tropiezos. Faltan cinco partidos y los puestos de ascenso directo están ahora a cuatro puntos. En cambio, están aún colocados en posiciones de promoción de ascenso y ahora de lo que se trata en primer lugar es de asegurar lo que se tiene.

La promoción de ascenso se empieza a mirar además con buenos ojos en la plantilla. Es un objetivo realista y superar dos eliminatorias es algo que se puede lograr. El siguiente objetivo sería quedar lo mejor posible. Y es que de cara a la promoción no es lo mismo ser sexto que tercero. En caso de empate tras la prórroga en la eliminatoria por el ascenso pasaría el equipo mejor clasificado en la liga regular.

Todo ello ha llevado a cambiar el discurso en el seno de la plantilla. Las declaraciones de Miño el martes y de David Fernández ayer así lo indican. Los dos hablan de ganar el siguiente partido y de asegurar la promoción de ascenso. El plantel es consciente de que la afición está algo decepcionada por el rendimiento que ha dado el equipo en los últimos encuentros y que la única forma que tienen de darle la vuelta a la situación es mejorar en esta recta final y, sobre todo, clasificarse para una promoción que ilusione de nuevo al oviedismo.

David Fernández compareció en rueda de prensa tras el entrenamiento que realizó ayer el Oviedo en El Requexón. Como se ha convertido en práctica habitual en el equipo, la sesión fue a puerta cerrada. Sólo los lunes se permite acceso al público para ver los entrenamientos en las instalaciones del Oviedo.

El central habló de la igualdad de la competición. Una igualdad que queda bien demostrada sólo con observar la clasificación. El Numancia, decimocuarto clasificado, está a seis puntos de la promoción y aún puede aspirar a ese objetivo. "Puede pasar cualquier cosa", reconocía el madrileño. "Todas las semanas pincha alguno de los de la parte alta de la tabla, está todo muy apretado y el que esté más metido e intenso en estos partidos que quedan será quien se lleve el gato al agua", analizaba uno de los capitanes del Oviedo.

David Fernández no quiso hacer planes a largo plazo ni hablar mucho del ascenso directo, algo que se ha convertido en tabú en estos momentos en el plantel azul: "Yo no es que pensara antes en el ascenso directo, ni haya dejado de pensarlo ahora", decía el defensa. Y enseguida regresó al discurso más instalado últimamente tanto en el Oviedo como en el fútbol en general: "Quedan cinco partidos y lo importante es ganar este sábado al Mirandés".

El futbolista insistió una y otra vez en la misma idea. "Lo primordial es ganar este sábado para seguir enganchados a la parte alta de la tabla". Un choque que será difícil de encarar: "Espero un partido muy difícil, ya nos costó bastante ganar en la ida y es un rival muy complicado. Tiene una manera particular de jugar, un sistema diferente al resto y es un equipo muy organizado, muy intenso, y que va a pelear el partido hasta el final". Más aún teniendo en cuenta que los burgaleses se juegan sus últimas opciones de engancharse a la lucha por la promoción de ascenso.

David Fernández reconoció que las derrotas han hecho daño y que en la plantilla tienen la ilusión de poder dar un cambio de timón: "Tenemos ganas de hacer un buen final de temporada, el equipo quiere acabar de la mejor manera, dando una alegría a la afición porque su apoyo es un aliciente". Y para recuperar la senda de la victoria David Fernández apostó por recuperar también "la intensidad": "Es lo que te da las victorias", añadía.

Un discurso que se une al de Miño el martes. El portero aseguró que "por la mente del vestuario no pasa otra cosa que intentar el ascenso". Y la única receta para lograrlo es "ganar el partido frente al Mirandés", "ser realistas", y luchar por una promoción de ascenso que a principio de temporada nadie hubiera desdeñado.