El debate sobre la intensidad del Oviedo en la primera parte de Palamós se inició con Generelo. "Yo he visto al equipo intenso", dijo mientras procesaba la derrota consumada minutos antes ante el Llagsotera. El análisis de Toché, algunos días después, fue diferente: "No sé si es intensidad, carácter o cómo llamarlo. Pero el Llagostera nos ganó en algo que no nos puede ganar". Le sucedió después David Fernández, uno de los capitanes, para pedir al equipo "intensidad". "Es lo que te da las victorias", adujo. La bola regresó ayer a Generelo, que cerró el debate situándolo en una cuestión semántica. "No sé qué dirá el diccionario, pero para mí la intensidad en el fútbol es tener ritmo, mover rápido la pelota, hacer desmarques? No tiene por qué ser chocar y dar patas", expresó, antes de reconocer que "debemos mejorar en el ritmo de juego, que se mueva la pelota para crear opciones. Como en la segunda parte de Palamós".

Generelo cierra el debate regresando al punto inicial: el Oviedo no estuvo bien en la primera parte y reaccionó tras el descanso. El fútbol, deporte caprichoso, no perdona los retrasos. Por eso, y por algo de mala fortuna en momentos puntuales, los azules se fueron de vacío ante un rival en posiciones de descenso. Reconocidas las razones del tropiezo, el técnico insta a mirar hacia adelante, centrarse en el Mirandés en un duelo para el que asegura conocer la receta para acercarse a la victoria. "Me gustaría que la imagen de la segunda parte ante el Llagostera se viera durante 90 minutos. Debemos salir de la mejor manera posible y tratar de imponernos desde el inicio", anuncia.

Para el entrenador, la fórmula debe repetirse. "En la segunda mitad de Palamós nos supimos imponer y mantener un ritmo alto de juego. Si logramos que ese ritmo aguante, lograremos situaciones de gol", defiende el técnico. "Siempre analizamos al rival, ya lo he dicho otras veces, para ver por dónde podemos hacerles daño. No se trata de cambiar el sistema o los futbolistas, sino que debemos dar un pasito hacia adelante en la circulación, en cuanto al ritmo?", amplía.

La cuestión en torno a la intensidad cobra especial importancia esta semana. El Mirandés es un equipo que juega a pecho descubierto. Terrazas propone un 3-4-3 que no especula y convierte el césped en un terreno preparado para los duelos individuales. Generelo advierte sobre el peligro del visitante: "Tienen un sistema definido. Intentan acumular gente cerca de la zona del balón de manera escalonada".