Nadie lo podría haber adivinado el 20 de diciembre pasado. El Almería visitaba el Carlos Tartiere en un día especial para David Generelo. El extremeño recibía un homenaje del Oviedo después de que se viera obligado a retirarse del fútbol por una lesión en una rodilla. Decía adiós a una larga y prolífica carrera en un club en el que siempre será recordado por su gran actuación ante el Cádiz, en el Carranza, en la vuelta de la eliminatoria que llevaría al Oviedo al ascenso a Segunda.

El día del homenaje el Oviedo ganó 1-0 a un Almería que no acababa de carburar. El conjunto andaluz había iniciado la temporada con el objetivo del ascenso y los resultados no llegaban. En el once inicial del Almería y con el brazalete de capitán saltó al campo Fernando Soriano. Han pasado cinco meses y estos dos excompañeros se van a volver a ver las caras. Pero esta vez como entrenadores.

Generelo le lleva algo de ventaja a Soriano. El de Badajoz dirigirá su décimo partido como entrenador del Oviedo mientras que el zaragozano debutará al frente de un equipo que se está jugando la vida. Soriano jugó su último partido hace dos jornadas, en la derrota (1-2) de los andaluces ante el Gimnástic de Tarragona. La mala situación del equipo, que ha encadenado tres derrotas consecutivas y que es cuarto por la cola, en puestos de descenso, provocó la destitución de Gorosito. Era el cuarto entrenador que pasaba esta temporada por el banquillo del Almería. Antes habían estado Sergi Barjuan, el interino Miguel Rivera y Joan Carrillo. Se necesitaba una solución de emergencia, algo diferente, y el Almería apostó por alguien de la casa. Un hombre que ha jugado diez temporadas en el club y que, a pesar de formar parte de la plantilla, ya contaba con el título de entrenador y con la personalidad suficiente como para ponerse al frente de los que hasta hace unos días eran sus compañeros.

La llegada de Generelo al banquillo azul fue algo diferente. El extremeño no pudo debutar esta temporada como jugador por sus problemas físicos y fue bastante después de su retirada cuando se puso al frente del Oviedo. La dimisión de Sergio Egea obligó al club a buscar a un entrenador y el elegido tras valorar otras opciones fue Generelo. Su conocimiento de la plantilla fue una de las razones que se esgrimieron para darle esta oportunidad.

Esta no es la primera vez que las trayectorias de Generelo y Soriano se cruzan. Los dos comparten un mismo punto de partida: Zaragoza. Soriano era un hombre fuerte en el filial del club aragonés cuando, en la temporada 1999-2000, llegó al equipo un joven de 17 años procedente del Badajoz. Generelo estuvo en el Zaragoza hasta la temporada 2008-09, con la excepción de la 2006-07, que jugó en el Gimnástic de Tarragona. Soriano se fue antes, en la 2004-05.

Pero los dos comparten un momento mágico en el Zaragoza. La victoria (3-2) del club aragonés en la final de la Copa del Rey ante el Madrid el 17 de marzo de 2004. Un día más especial aún para un Generelo que salió desde el banquillo (minuto 69) en un partido que se fue hasta la prórroga. En el Madrid jugaban ilustres como Roberto Carlos, Zidane, Figo, Raúl o Beckham.

Ninguno de los dos tiene ahora por delante una papeleta sencilla. Generelo tiene la misión de llevar al equipo a Primera División. Pero si lo de Generelo es complicado lo de Soriano no se queda ni mucho menos atrás: tiene cuatro jornadas para sacar de los puestos de descenso a un equipo que comenzaba la temporada siendo uno de los grandes candidatos al ascenso.

Los dos comparten también la posición que ocupaban en el campo. Dos centrocampistas a los que muchos veían desde hace tiempo como dos entrenadores en el campo. Pocas veces el paso de jugador a entrenador se produce tan rápido como en estos dos casos. Las misiones que les han encomendado les van a obligar a aprender muy rápido.