Las dos últimas temporadas el Oviedo ha seguido dos políticas diferentes con respecto a la plantilla. En la campaña en la que se logró el ascenso a Segunda se apostó por una plantilla corta para que todos los jugadores se sintieran implicados. En la pasada se decidió hacer un plantel largo, con al menos dos jugadores para cada puesto, intentando así evitar riesgos.

El resultado fue mejor en el primer caso que en el segundo. La temporada del ascenso fue muy buena, apenas hubo altibajos y las carencias que pudiera tener el plantel se cubrieron en el mercado de invierno. La pasada campaña la falta de minutos de algunos jugadores provocó situaciones difíciles en el vestuario y eso acabó por perjudicar el rendimiento del equipo. A ello se suma la voluntad de Hierro, que prefiere una plantilla que esté en torno a los 20 jugadores y tener cerca a los jugadores del filial por si fuera necesario tirar de ellos.

En la temporada 2014-15 el Oviedo empezó la campaña con un plantel muy corto. En la defensa tan solo contaba con Nacho López, David Fernández, Sergio y Dani Bautista. A ellos se sumaban Diegui Johannesson, que llegó del filial pero que estuvo toda la temporada en la dinámica del primer equipo, y Vila, que, aún siendo centrocampista acabó jugando todo el año de central.

Para reforzar la zaga llegaron en el mercado de invierno Charlie y Redondo. La delantera se reforzó también con el fichaje en enero de Dioni

La pasada campaña el Oviedo comenzó con un plantel formado por 25 jugadores. Y aún así el club azul tuvo que volver a acudir al mercado de invierno para reforzar la posición de mediocentro con Míchel y para cubrir la grave lesión de Borja Gómez con la llegada de otro central izquierdo, en este caso Josete.