Gary Lineker, autor de frases célebres, puso la puntilla al último milagro de la Islandia futbolística: "Inglaterra, derrotada por un país con más volcanes que jugadores profesionales". Islandia, el país sin Liga profesional y cuya orografía está salpicada por cerca de 200 volcanes, es la sensación de la Eurocopa con un fútbol ordenado y gremial que le ha llevado, de momento, a los cuartos de final. "En Reikiavik se percibe la ilusión en la calle. Hay pantallas gigantes y un clima de euforia", explica Johannesson, internacional por Islandia.

Diegui Johannesson (Villaviciosa, 1993) ha vivido un verano especial. Tras frustrase su convocatoria con la selección de Islandia por una lesión, ha viajado al país de sus antepasados para vivir en persona la mayor alegría futbolística de la isla. "Mi padre dice que el balonmano ya no es el deporte rey allí. Ahora es el fútbol", pone como ejemplo.

Johannesson, de padre islandés y hermano de trillizos, vivió su experiencia internacional en el pasado enero en Los Ángeles. Allí vivió su bautismo a ritmo de Enrique Iglesias: como novato, tuvo que entonar una canción de presentación y optó por "Bailamos". En aquella concentración entendió que la selección nórdica podía dar la campanada. "Evidentemente yo también me he sorprendido de que se hayan metido en cuartos de final pero tenía esperanzas en que podía superar la primera fase. Con el actual sistema es más sencillo". ¿Y ante Inglaterra? "Contra los ingleses era optimista porque tienen una forma de jugar similar a la de Islandia. Aprovechan las contras, sobre todo".

Islandia tiene algo más de 330.000 habitantes y una economía, basada en la pesca y en el turismo, en alza. De más del 9 por ciento de paro registrado en 2008 se ha pasado a menos del 3% actual. Un ejemplo de superación de la crisis. Islandia también es un país con pocas horas de sol entre octubre y febrero y un clima que no invita a la práctica del deporte al aire libre. Para lograr éxitos, el primer rival a derrotar es elemento atmosférico. "La Federación lleva años trabajando para mejorar la calidad del fútbol. Se han construido campos cubiertos, algo básico para que los niños puedan entrenar en invierno. El crecimiento no es solo de la absoluta, también de las inferiores. Lo de Islandia en la Eurocopa no es fruto de la casualidad, sino del trabajo bien hecho", subraya Johannesson. La sub21, por ejemplo, aún no ha perdido en la fase de clasificación de la Euro 2017 y ha derrotado a Francia ante su público. Paso a paso, Islandia va haciéndose un nombre.

La selección es la punta de lanza de un proyecto serio. "La clave es que son un bloque", resume el lateral asturiano; "Ese trabajo en equipo es el que les ha hecho llegar hasta ahí. Se trabaja mucho a nivel defensivo, ésa es la base, y arriba tiene jugadores desequilibrantes". Los focos se los lleva Sigurdsson, elegante centrocampista del Swansea, pero Johannesson apunta otro nombre: "Gudmundsson. Me gusta mucho, es un zurdo desequilibrante, un extremo hábil que llega fácil al área".

Johannesson cierra el capítulo de la selección con sentimientos encontrados. Tuvo la suerte de convertirse en internacional pero una molesta lesión le ha impedido estar en Francia. "Cuando vi el primer encuentro sí que me dio un poco de pena. Ver allí los himnos, el estadio lleno, el partido contra Portugal? Pero tampoco le doy más vueltas. No pudo ser", razona.

El único pensamiento que ocupa su mente es lo que va a suceder a partir del 11 de julio. "Estoy centrado en el Oviedo, me ilusiona el fichaje de Hierro como entrenador. Me parece un acierto su contratación. Yo era muy pequeño cuando jugaba pero recuerdo que era un central que imponía, el líder del equipo", recuerda. Cuando se le menciona el posible interés de otros equipos en contratarle, el Deportivo por ejemplo, saca su lado más contundente: "Yo quiero seguir en el Oviedo. No tengo ninguna duda sobre ello".

Y en ese camino que se inicia en 11 días, Diegui Johannesson tira de la experiencia reciente para que todo funcione perfectamente. "Debemos marcarnos los objetivos poco a poco, sin prisas. Ir ganando partidos para situarnos bien en la tabla para poder mirar arriba. Y tener un buen final. La Segunda es una competición muy larga y no sirve con un buen inicio, hay que mantenerse regulares. El mejor ejemplo es el Girona, que tardó en arrancar y casi acaba ascendiendo", analiza.