Fue un 26 de octubre de 2003. Michu saltaba al terreno de juego del Carlos Tartiere desde el banquillo. El choque ante el Siero estaba empatado a cero tantos y el gol del por entonces juvenil carbayón desequilibró la balanza para el equipo de Antonio Rivas. En aquella tarde de otoño, Paul Folgueras portaba el brazalete de capitán del Oviedo. "Lo conocía de las categorías inferiores, un jugador que desde que pegó el estirón combinaba la envergadura y la coordinación".

Ahora Paul, retirado de la práctica del fútbol, asume el retorno de Michu como una forma de mantener vivo aquel espíritu de la temporada 2003-2004 en el primer equipo azul. "Siempre viene bien tener en la plantilla oviedistas reconocidos como él, canteranos" y destaca que "es complicado encontrar a gente que juegue tan ilusionada por militar en el equipo que sienten de corazón". Además, Paul cree que "Michu retorna porque tiene la ilusión de ser de nuevo futbolista profesional y es una forma de agradecer al club la formación que le dio para llegar a la élite". Además, en el apartado futbolístico, Paul admite que el Oviedo se puede beneficiar de la presencia de Michu, "ya que no hay que olvidar que fue internacional y que ofrecerá variantes en la mediapunta que en la pasada temporada el club no tenía