"No importa la división, si juegas de corazón". Ese es el lema que preside el despacho del cuerpo técnico del estadio de Ganzábal, hogar del Unión Popular de Langreo y lugar de trabajo de Hernán Pérez. El entrenador, hermano de Michu, es en gran parte el culpable de que hoy en día el mediapunta vuelva a lucir los colores del Real Oviedo. Hernán y el Langreo abrieron las puertas de este modesto club de la Cuenca Minera durante la pasada temporada con el objetivo de que Michu recuperase sensaciones y pudiese dar el salto al fútbol profesional.

"En el Langreo entrené a dos jugadores distintos; uno era el Michu que llegaba tras ser internacional y con una lesión en el tobillo y otro el que nos dejó, un tipo recuperado y muy querido por el club, la afición y sobre todo por los compañeros", destaca Hernán. Una labor que fue posible desde el segundo día de la pasada pretemporada y que culminó con el debut del internacional en Ganzábal una fría noche de enero. El Michu que dejó el Langreo la pasada temporada, después de quedarse a las puertas de la última eliminatoria del playoff de ascenso a Segunda B es "un futbolista mucho más fuerte, sobre todo anímicamente", apunta su hermano.

Hernán se muestra "contento" con la labor realizada en el Langreo, donde "fue necesario un periodo de adaptación para jugar en campos y ante rivales, que con todos los respetos para ellos, no son los de su nivel". En ese proceso, la importancia de los aficionados y compañeros de vestuario de Michu resultaron capitales. Y es que el entrenador del equipo langreano cree que "quizás en otro club no hubiera sido posible recuperarlo como jugador, pero aquí nadie le exigió nada y sus compañeros lo trataron como uno más desde el principio; ser parte del grupo le hizo crecer".

Aquel 7 de enero, frente al Covadonga, Michu saltaba al sintético de Ganzábal al poco de arrancar la segunda mitad. Se ponía así fin a un calvario de casi dos años. "La lesión le llegó en su mejor momento; venía de ser internacional y de haber sido llamado por Benítez para el Nápoles, un equipo que peleaba por el Scudetto", apunta Hernán. Unas molestias en el tobillo que impedían al ovetense mostrar todo su potencial "porque el cuerpo no le dejaba".

El fichaje del por el Real Oviedo permitirá a Michu demostrar su calidad de nuevo en el fútbol profesional. "Si no sale bien, no será porque el cuerpo no le deja", recalca Hernán. El hermano del futbolista asegura que la noticia hizo que "en casa estuviéramos muy contentos" porque "es una forma de que Michu pueda devolver todo el cariño que recibió este tiempo, la gente en Oviedo lo quiere y lo respeta mucho", apunta. Un pensamiento es común en casa de los Pérez Cuesta; "queremos que retome la carrera profesional y no hay mejor sitio para Michu que el Real Oviedo, el club que le formó".

En el apartado futbolístico, Hernán cree que "puede aportar muchas cosas al Real Oviedo". Además de la calidad futbolística, "donde seguro que se le pedirán goles", Michu sumará "en el apartado emocional, ya que aunque no le salgan las cosas en los partidos, siempre se dejará la piel en el campo". Hernán opina que el conjunto carbayón necesita "buenos futbolistas y gente que sienta el escudo". En ese apartado, el ovetense es un jugador que entiende a la perfección y cuya historia personal se puede asemejar a la del Real Oviedo. "Los dos saborearon lo más alto del fútbol, para caer a una categoría que no es la suya y ahora luchan por resurgir y regresar al sitio que les corresponde".

La firma del contrato fue un momento especial para la familia. "Estoy contento también por mis padres", destaca Hernán. "El hecho de ver su cara de felicidad en el momento en el que estampaba su firma con el Oviedo hace que todos estemos contentos", apunta.

En la última temporada, Hernán siguió las evoluciones de Michu desde el banquillo de Ganzábal. Ahora le tocará disfrutar de su sus partidos en la grada del Tartiere. "No sé cuál es su techo, pero estoy seguro de que Michu jugará en Primera División con el Real Oviedo". Palabra de hermano.