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Becerra de oro

Becerra de oro

El nuevo saque de centro me acerca al fútbol. Veo al delantero ahí solo, en el medio echándola hacía atrás y sólo me faltan uno o dos rivales de escaqueo en el área para que lo de la tele sea uno de mis partidos del colegio. Vamos, que me vi en el campo; que anoche jugué en Valladolid, oiga. Con el Oviedo, claro, la duda ofende. Éramos un montón. No sé cuántos, ¿veinte mil? Esos con carné -igual este año hasta lo mejoramos-, ¿cincuenta mil?, ¿medio mundo? Muchos, éramos muchos. Fíjese que estaba hasta Cervero. Apareció por la grada de los oviedistas y le cantaron: "¡Diego Cervero, es mi capitán, es mi capitán, es mi capitán... (melodía del 'Yellow Submarine' de 'The Beatles')". Perdió el Oviedo en la primera noche del invierno -según mi amigo Jorge llega cuando empieza la Liga-, pero no es cuestión de amargarse. Sí, que Verdés estuvo blando y David Fernández andaba fuera de sitio en el pase largo y frontal del gol del Valladolid, pero quién no les permite un desajuste a los suyos en pleno agosto, por mucho que Jorge diga que ya es invierno. El Oviedo juega en la Liga 1, 2, 3 (responda otra vez), y allí la gente falla. Mire al campeonato pasado, a los terribles últimos meses azules y a la cantidad de oportunidades que volvían cada domingo a pesar de encadenar pifias sin complejos en la desdichada era Generelo. A lo que iba. Que el partido no estuvo tan mal. El Oviedo siempre pretendió el balón y lo jugó con buenas ideas. Mandó más tiempo y tuvo más ocasiones, pero el Valladolid tenía a Becerra (de oro), porterazo fichado del Girona. Los salvó varias veces, tres claras, todas con Toché en la parte del Oviedo, la última sobre la bocina, un cabezazo imperial del delantero. Mejor todavía la parada. En el José Zorrilla comenzaron a adorar al Becerra (de oro). Tiene cosas buenas este Oviedo de Hierro y ha descubierto algunas nuevas, diferentes a la temporada anterior. La pinta de Torró en el centro ilusiona. Intenta mandar y no se esconde, es de los que pide la bola; Nando es vertical, hábil y luchador, vamos, que es bueno; Erice ya no lo juega todo (lo sustituyó Edu Bedia en la segunda parte), y Toché, éste no cambia, tiene imán para cazar balones arriba. Ayer lo paró Becerra (de oro). Y todavía falta Michu.

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