Las palabras de Hierro no dejan margen a interpretaciones. "Lo único positivo es el punto. No estoy contento porque el Mallorca nos superó", analizó el técnico de forma tajante al terminar el choque. Hierro, hombre de fútbol, sabe dominar el mensaje, y las palabras no son elegidas al azar. Lejos de esconderse en lecturas poco fidedignas, el malagueño mostró su punto de vista con sinceridad: el Oviedo no había estado bien sobre el césped del Iberostar, no había plasmado lo previsto durante la semana.

La plantilla también es consciente de que el domingo no ofreció su mejor versión. David Fernández, uno de los capitanes, es conciso en su reflexión: "Nos costó entrar en el partido, es cierto. Sabíamos que ellos saldrían fuertes, al jugar en casa y necesitar los tres puntos. Queríamos aguantar ese empujón inicial pero fue un encuentro complicado". Y añade: "En la segunda parte sí salimos mejor posicionados en el campo, defendimos con más orden y supimos sufrir. En vista del partido y el rival, es un buen punto. Cuando no tienes un buen día es importante sumar".

Desde esa perspectiva la lectura no arroja dudas. El punto es bueno a efectos clasificatorios ya que en la competitiva Segunda División sacar algo de provecho fuera de casa siempre es motivo de celebración. Pero las lecturas positivas se acaban ahí. La imagen del Oviedo que quiere Hierro no es la del Iberostar. Aunque no se hable públicamente de objetivos mayores, la ambición es una de las notas dominantes en el proyecto azul. Nadie habla de ascenso, ni siquiera de play-off, la hoja de ruta exige no exigirse metas a largo plazo, pero nadie quiere renunciar a objetivos importantes.

El de Mallorca fue el Oviedo menos acertado de lo que va de temporada, después de dos jornadas iniciales con una versión dominadora y con algunos buenos momentos. No parece casualidad que la peor cara llegara en el primer duelo en el que los de Hierro perdieron la batalla por la pelota (56% a 44% de posesión a favor del Mallorca). El mismo entrenador reconoció al final del partido que la idea era la de competir de tú a tú con el Mallorca, intentar quitarle el balón y dañarlo con ataques elaborados, pero no pudo ser. Hierro se apoyó en su intervención en otro dato clarificador para explicar lo sucedido: el Mallorca disparó en 19 ocasiones, por 2 de los azules.

Pero la estadística también ofrece alguna razón para el optimismo. El acierto de Juan Carlos y la firmeza de la zaga permitieron que la portería se quedara otra vez a cero. "Es positivo que no nos hayan vuelto a marcar. Nos refuerza para seguir creciendo", ensalza David Fernández. Después de 270 minutos de competición, solo Jose, del Valladolid, ha sido capaz de derribar el muro. Juan Carlos ya es el portero menos goleado de Segunda, igualado con Becerra (Valladolid) y Remiro (Levante).

En plena fase de crecimiento del equipo, llega la Copa, una competición para las oportunidades. Hierro ya ha dejado claro que para ver su sello personal aún hay que esperar algún tiempo y ha señalado a Navidad como el momento clave para ver un equipo formado. Por eso, la Copa supone una ocasión idónea para seguir creciendo. También para que los futbolistas con menos minutos puedan disfrutar de su oportunidad. El hombre más esperado por el oviedismo, Michu, aún espera su oportunidad de estrenarse mientras se machaca en El Requexón.

El equipo se entrenará hoy en una sesión de puertas abiertas en El Requexón a partir de las 10.30 horas y mañana repetirá a puerta cerrada. Jugará el jueves en Murcia ante el UCAM y trabajará el viernes en Murcia antes de regresar.