Michu está de vuelta y cerca estuvo ayer de dar el pase al Oviedo en la Copa en un partido que tenía prácticamente perdido cuando faltaban siete minutos para el final. Dos goles suyos llevaron el partido a la prórroga, el segundo en el tiempo de descuento. El delantero ovetense no se rindió cuando una lesión le quiso alejar del fútbol y tampoco ayer cuando el Oviedo parecía eliminado. Dos cabezazos habían condenado a los azules y el ovetense respondió con dos tantos que sirvieron para llevar el encuentro al tiempo añadido. Michu volvió a acercarse la mano a la oreja y lo hizo en su regreso de nuevo con la camiseta del Oviedo. La afición azul tiene razones para estar contenta a pesar de la eliminación. El ídolo ha regresado y lo ha hecho para realizar grandes cosas con el equipo de su vida. En La Condomina dio una primera muestra.

Y eso que el Oviedo no tuvo ayer su mejor partido. No sólo por la eliminación. Los azules cometieron demasiados errores en Murcia, sobre todo a balón parado. Así llegaron el segundo y el tercer tanto de los estudiantiles. Y en otro error el último y fatal gol que supuso la eliminación. Vicente tiró demasiado libre en la segunda parte de la prórroga y encima el balón tocó en un defensa azul para evitar que Esteban pudiera desviar el balón.

Fernando Hierro reconoció tras el encuentro que "pequeños detalles" habían hecho que "el esfuerzo de 120 minutos" fuera en balde. Pero los errores en defensa no fueron en realidad tan pequeños.

En la primera parte al Oviedo le costó trabajo encontrarse en La Condomina. Un ordenado cuadro local pasó pocos apuros para contener el ataque azul y, en cambio, sí supo cómo inquietar a Esteban. A los nueve minutos el conjunto murciano ya había estrellado un balón en el larguero y tras unos primeros instantes de tanteo se fue adueñando del choque.

Al Oviedo le costaba encontrar a sus jugadores ofensivos. Michu buscaba sin parar y sin éxito a Pereira tratando de conectar alguna pared con la que crear peligro. Linares por la derecha y Alaniz por la izquierda intentaban desequilibrar, pero la zaga murciana estaba muy bien plantada.

Y, a pesar de todo, el Oviedo logró adelantarse en el marcador por medio de Linares. Le duró poco la alegría a los azules. Tres minutos después Nono empataba el partido tras recoger el rechace de una gran intervención de Esteban, que ayer recuperaba el brazalete de capitán. Pasada la media hora de juego Albizua conectó un cabezazo sin oposición tras un córner para poner por delante al equipo local. El lastre de los balones aéreos fue demasiado ayer para el equipo de Hierro.

En la segunda parte una falta botada desde la izquierda y rematada de cabeza por Tito parecía dejar sentenciado el choque. Otro error grosero de la zaga azul que permitió a los murcianos rematar a placer.

Pero Michu evitó que todo se acabara ahí. Susaeta, que entró en la segunda parte, sirvió dos balones que el delantero aprovechó para llevar el choque al tiempo añadido. El primero tras un error del portero local que aprovechó atento el delantero. El segundo fue un cabezazo que encendió a todo el banquillo cuando el partido se acababa. La conexión Susaeta-Michu puede dar grandes frutos esta temporada.

El Oviedo había tenido el balón en la mayor parte de la segunda parte. El empuje sirvió para llevar el partido a la prórroga y parecía que ya nada podría parar a los azules. Un encuentro que se habían llevado al terreno del corazón. Y en ese terreno se jugó la prórroga. Con un Toché que había entrado de refresco y que quería demostrar lo que es capaz en su tierra.

Precisamente el delantero murciano tuvo una ocasión clarísima cuando el encuentro agonizaba para haber llevado el choque a los penaltis. Paró Fernando el disparo del ariete y todo el Oviedo reclamó una mano en el área rival. Una protesta que a Michu le costó la amarilla. Y es que al ovetense le dejaron ayer sin su primera alegría en su regreso al fútbol azul. Debutó con dos goles, como todos soñaban, pero el Oviedo no pudo mantener vivo el sueño de la Copa.

A los azules les sobró corazón y les faltó atención en defensa. Hierro tendrá que trabajar duro para que su defensa esté más atenta en adelante cuando lleguen balones aéreos. De que el Oviedo siempre se mantenga vivo se encargará Michu.