En la extraña evolución del Girona la temporada pasada destacó durante la primera vuelta su facilidad para conquistar fuera de casa los puntos que desperdiciaba en Montilivi. El Girona fue, por ejemplo, el primer equipo en llevarse el triunfo del Tartiere. Empezó el equipo de Machín de una forma tan mala que en la décima jornada navegaba solo un punto y una posición por encima del descenso. Y su problema radicaba en Montilivi, donde no venció hasta la 14ª jornada. Pero su racha cambió de una forma mágica. Su feudo se convirtió en inexpugnable y los de Machín, con una derrota en los últimos 13 encuentros, se metieron en play-off, donde solo Osasuna le arrancó el sueño de ascenso. Los catalanes construyeron su candidatura en base a su fuerza como locales y esa dinámica continua esta campaña: el Girona no pierde en su casa en partido de Liga desde diciembre de 2015. Solo Osasuna en play-off (0-1) ha salido triunfante desde entonces.

El punto de partida de la condición de Montilivi como feudo inexpugnable es el 12 de diciembre de 2015. Aquella tarde, el Elche se impuso por 0-1 en Girona confirmando que se trataba de un feudo atractivo para los visitantes. Pero entonces cambió repentinamente la dinámica. Los catalanes lograron mantenerse durante 12 encuentros invictos en su campo hasta final de curso: fueron 8 victorias y 4 empates que les sirvieron para encaramarse a los primeros puestos. Entre los visitantes estuvo el Oviedo de Egea, que se fue de Montilivi con un empate (1-1) después de haber tenido cerca la victoria. Susaeta había adelantado a los azules en la segunda mitad pero Alcalá marcó de falta lejana a diez minutos del final del choque.

En la presente campaña, las cosas han empezado bien en Montilivi para los gerundenses. Tras cuatro encuentros ante su gente no conocen la derrota. Han batido a Elche (3-1) y Reus (1-0) y empatado frente a Almería (3-3) y Mirandés (1-1), En total, y sin contar el play-off de ascenso, la dinámica del Girona en su feudo es de 16 encuentros disputados sin perder, con 10 victorias y seis empates.

El reto del Oviedo es de envergadura pero los azules tienen motivos para creer que es posible. Ayuda el mejor momento de la temporada y el hecho de que en su última visita los azules ya lograron derribar el muro más complicado. En su viaje a Cádiz, los de Hierro consiguieron acabar con una dinámica pésima lejos del Tartiere, donde no ganaban desde diciembre de 2015, en aquella sufrida victoria en Anduva (1-2).

Además de las dinámicas, estará en juego un puesto en la zona de play-off. El Girona es sexto y el Oviedo, séptimo. Solo un punto separa a ambos equipos por lo que un triunfo azul permitiría a los carbayones escalar al menos una posición. Pero para lograrlo, primero hay que derribar el muro de Montilivi.