Ya es tónica habitual que el Oviedo no esté solo en ningún partido. Siempre aparecen camisetas azules en las gradas de los campos de la geografía española. Ayuda a la movilización dos aspectos. En primer lugar, que el seguidor carbayón se ha acostumbrado a ser viajero. Una rutina habitual en la etapa de Segunda B y que tiene continuidad en Segunda, aunque los desplazamientos sean más lejanos. El segundo factor es que allá donde juegue, el Oviedo suele tener una peña de aficionados cerca. Como sucedió ayer en Girona.

Este segundo aspecto influyó ayer para que en Montilivi se escucharan con fuerza los ánimos carbayones. Hasta el campo se desplazó la Peña Oviedista de Barcelona, siempre animadora cuando los azules deben jugar en tierras catalanas. Más de medio centenar de integrantes de la peña ocuparon una de las esquinas del campo gerundés. Los peñistas habían celebrado una comida previa en Girona. Junto a los seguidores desplazados desde Asturias, se dieron cita en Montilivi cerca de un centenar de oviedistas. Aunque en minoría, dominaron en decibelios en la grada.

Desde el primer minuto de partido, con el clásico "Vamos, vamos Oviedo", el estadio del Girona tuvo un tono azul. Los aficionados carbayones fueron dueños del colorido en la grada mientras los de Hierro se afanaban por cerrar un resultado satisfactorio. Lo fue al final, si se tiene en cuenta que el Girona lleva desde diciembre de 2015 sin perder en su feudo en la Liga, Los de Machín quieren construir su candidatura al play-off en su rendimiento como locales. Desde esa perspectiva, el punto sumado por los carbayones tiene una lectura positiva.

Además, el empate permite a los de Fernando Hierro mantener su mejor racha en lo que va de temporada. Ya son cuatro jornadas sin conocer la derrota. El encuentro de Cádiz sirvió de punto de inflexión en una temporada que había empezado con irregularidad. El equipo ganó en el Carranza (0-2) y empató después ante el Numancia (2-2) en un choque en el que lo más positivo fue la capacidad de los azules para levantarse. El 2-0 al Rayo volvió a levantar la moral y el empate de ayer ante el Girona eleva a cuatro encuentros la dinámica positiva.