La alineación que presente mañana el Oviedo ante el Tenerife depende en buena medida del adductor de Lucas Torró, un fijo en los onces de Fernando Hierro cuyo concurso todavía es una incógnita. El pivote alicantino, que ha jugado nueve de los diez partidos que se llevan de Liga, volvió a ejercitarse ayer con sus compañeros después de un día ausente, pero sólo lo hizo durante una parte de la sesión. Su nombre no figura en el parte de bajas que cada viernes comunica el club, en el que sí está Edu Bedia, así que su participación mañana dependerá de su evolución.

Fernando Hierro confía en que Torró pueda completar con normalidad la sesión de esta tarde en el Requexón para incluirlo en la convocatoria y en la titularidad. "Tiene molestias en el adductor y fue preferible que el jueves no se entrenara porque era una sesión intensa, con gestos cortos y con velocidad, pero fue más que nada por precaución", explicó ayer el malagueño, que aseguró que la intención del cuerpo técnico fue "no sobrecargarle mucho la zona" con el objetivo de que llegue al partido de mañana "en perfectas condiciones".

Hierro esperará hasta el último momento a Torró, el futbolista que más balones recupera del equipo (61). El concurso del pivote cedido por el Madrid aclararía un once que se presume con pocos cambios. Hierro confirmó que el dibujo será el utilizado en los últimos partidos, ese 4-1-4-1 readaptable a 4-2-3-1, y que "no va a cambiar la dinámica". La idea del entrenador es "presionar bien" en la zona alta y "defender con líneas juntas" para desactivar la creación del Tenerife. La única baja segura para mañana es la Edu Bedia, con molestias en la cadera, que espera volver a estar disponible la próxima semana.

Por su parte, el Tenerife tiene la duda del delantero Aarón Ñíguez, que ayer no se entrenó por un problema vírico. El técnico blanquiazul, José Luis Martí, aseguró ayer que su equipo llega al Tartiere a "ser agresivo" y "a tener todo el tiempo posible el balón". De su lance con el capitán, Suso, a quien expulsó el jueves del entrenamiento, el técnico quiso zanjar la tensión: "Son unos lances del entrenamiento, que no son habituales, pero que a veces suceden. Lo hemos solucionado y todo ha quedado bastante claro, sin ningún inconveniente", señaló.