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El césped, un problema de raíz

Los responsables del mantenimiento del Tartiere atribuyen el mal estado de la hierba a la falta de sol y el deficiente drenaje

Fernández pugna con Aarón en el partido del domingo en el Tartiere ante el Tenerife. JULIÁN RUS

La sentencia de Juan Carlos sobre el estado del césped fue contundente y reveladora: "Es un tema jodido. No estás estable y sí pendiente de no resbalarte y fallar. Habrá alguna desgracia: está muy mal", dijo el domingo, al término del encuentro, el portero del Oviedo. Luego llegó Fernando Hierro y, en un tono más políticamente correcto, se refirió al asunto así: "El estado del césped no es el que nos gustaría. No es ninguna queja o excusa, pero no es el que quisiéramos", señaló.

En el club hay preocupación, y cierto mosqueo, con el estado de césped del Carlos Tartiere. En agosto, cuando el Ayuntamiento cambió la hierba por primera vez en quince años, solicitó al club que no entrenase en el campo para dejar que arraigase bien bajo la promesa de que estaría en perfecto estado para el inicio de la temporada. Pero no lo está. El domingo, ante el Tenerife, fue especialmente visible con varias zonas del campo levantadas.

Llueve sobre mojado sobre un asunto que se repite año tras año y que no acaba de solucionarse. El problema, explican los responsables de su mantenimiento, consultados ayer por este diario, es que la raíz no acaba agarrarse al terreno. Que la hierba está bien cuidada, con sus nutrientes, sus fertilizantes y sus filtros sanitarios, pero que no acaba de arraigar. ¿Por qué? "Es un tema complejo, al campo le da poco el sol y drena mal. No se cambió el sistema de drenaje, tiene humedad por debajo y eso ayuda a que le cueste enraizar. La raíz no termina de agarrarse al terreno, explica. "Este césped, si estuviera en otro lado ya tendría una raíz de diez centímetros. Pero aquí no y por eso se levanta", añaden, y explican que, aunque "no es una ciencia exacta", confían en que pueda enraizar pronto.

Desde el Ayuntamiento lanzaron ayer un mensaje de preocupación. Ana Rivas, concejala de Infraestructuras (PSOE), admitió que la hierba está tardando en enraizar "más de lo previsto", que el nuevo césped "no está funcionando como esperábamos" y que, de momento, la solución pasa por intensificar los trabajos y confiar en que enraice. "Hay una parte del campo que ya enraizó, por eso esperamos que funcione. No podemos levantar el césped y poner uno nuevo ahora", dijo. De momento, esta semana hay tres jardineros trabajando en el Tartiere (en vez de uno, que es lo habitual) y se prevé adjudicar pronto el contrato de mantenimiento, que salió a licitación en 80.000 euros para tres años.

Por su parte, el geólogo Iván González Castro advierte de que el estadio está cimentado sobre una formación arenosa "con mucha porosidad" que permite "acoger gran cantidad de agua". "Es como una esponja", explica.

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