-¿Qué fue lo que más le llamó la atención de entrenar con el Madrid?
-El ritmo. Van a otro ritmo diferente. Uno o dos toques, ¡zas! Y no ves la pelota. Recuerdo una vez que acabó la sesión y me quedé a hacer unos ejercicios de centros y remates y Sergio Ramos los enchufó todos. Con una facilidad increíble.
-Llegan entonces los problemas de pubis.
-Es lo peor del fútbol, una faena. Estaba jugando bien, con continuidad y me tocó parar bastante tiempo. El segundo año en el Castilla estaba bien, cada vez mejor, estaba creciendo. Y me perdí los dos últimos meses por esa lesión.
-Este verano se acaba un ciclo en el Madrid. ¿Cómo se produce?
-El Madrid siempre ha querido lo mejor para mí, querían que me quedara y fui yo el que comenté la posibilidad de venir a Oviedo. Colaboraron y se lo agradezco.
-Tenía más ofertas. ¿Por qué Oviedo? ¿Qué le llamó la atención?
-El Real Oviedo. El nombre ya lo explica. El club, la historia que tiene detrás y el proyecto con aspiraciones de ascender. Pensé: "ojo, que esto es serio". Cogí el mejor camino posible.
-¿Y el futuro?
-Eso nadie lo sabe. Soy joven y tengo un sueño: jugar en Primera. Ojalá sea en el Oviedo. Ésta es una temporada muy importante para mí.
-¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
-Salir a tomar algo, pasear por la ciudad. Estudiar, también. Estoy haciendo INEF en una Universidad a distancia. Voy cogiendo asignaturas para ir poco a poco. Me ayuda a no centrarme demasiado en el fútbol, algo para distraerme, desconectar.
-¿Qué le parece Oviedo?
-No la conocía pero había oído sobre ella, principalmente por los Premios Princesa. También de Asturias, de su paisaje, de los Picos de Europa... Oviedo es una ciudad muy manejable. ¡Y lo mejor de todo es la comida!
-Se comenta que es de buen comer. Que a la vuelta de Cádiz acabó con medio cargamento de bocadillos?
-(Risas) En el Madrid también tenía esa fama, sí. Lo que pasa es que como despacio y parece que como más.
-¿Ha probado ya el cachopo?
-Aún no, pero lo tengo en mente. Ya me han comentado un sitio en el centro que dicen que está muy bien. La fabada sí la he probado, ¡deliciosa!
