El día que el Grupo Carso entró en el Real Oviedo, en aquella histórica ampliación de noviembre de 2012, el oviedismo respiró básicamente por una razón: ya había quien hiciera frente al enorme endeudamiento de la entidad, que es la causa por la que desaparecen los equipos. El Oviedo estaba al borde del precipicio y llegaba en su auxilio un grupo controlado por Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo. Hoy, cuatro años y muchas facturas pagadas después, el horizonte de la deuda cero está a la vuelta de la esquina gracias al plan financiero trazado por Carso: si el equipo sube a Primera, el Oviedo, que tenía en 2012 una deuda de 15.5 millones de euros, estará completamente saneado en junio de 2018. Si el equipo sigue en Segunda, será un año más tarde, en junio de 2019.

Así lo manifestó ayer el asesor deportivo del club, Joaquín del Olmo, en una entrevista en la Radio del Principado de Asturias (RPA). Los números que dio Del Olmo ofrecieron una perspectiva del milagro mexicano: cuando Carso se hizo cargo del club se encontró una deuda de 15,5 millones. Hoy, cuatro años después, la deuda es de 6,3 millones y al final de esta temporada se prevé que sea de 4.5 millones. El próximo mes de junio, pues, Carso habrá reducido la deuda, pago a pago, once millones de euros, un 65 por ciento.

"Una de las cosas que me pide el jefe (Arturo Elías) es que el club no se endeude más. Hemos tomado muchas decisiones por la salud económica", explicó Del Olmo, que recordó que a día de hoy siguen apareciendo facturas y demandas heredadas de la peor época de la entidad. La última, señaló, es una demanda de un trabajador de Mediapro, Pablo Bastida, que fue contratado por Alberto González y que reclama lo correspondiente a un año de trabajo.

Los números le van cuadrando a Carso para estabilidad del club y felicidad del oviedismo, que en su día ya demostró su implicación aportando dos millones en los peores momentos de la crisis. Ahora, en México se está barajando impulsar en los próximos meses una nueva ampliación de capital por unos tres millones para paliar el déficit previsto por el club este curso. Del Olmo fue prudente ayer al respecto: "Eso lo decide mi jefe, él tiene su plan", dijo, aunque admitió que con los ingresos corrientes al club no le da para paliar el déficit que el mismo cifró en tres millones. A día de hoy, Carso ya es dueño de más del 70% del capital.

Del Olmo repasó la actualidad del club y no eludió ningún tema. Y, como siempre, de sus palabras se volvió a desprender que la implicación de Carso en el Oviedo es total. De la futura ciudad deportiva señaló que hay, además de El Asturcón -"que no es mi prioridad", pero que "puede ser"- otras dos opciones, que "si llegamos a Primera será más posible" y que el club tiene "muchas ideas" porque el plan es un lugar donde "el socio se sienta integrado". "Estoy seguro que en algún momento la vamos a tener, ojalá pronto se pueda anunciar", dijo.

Allí, en la futura instalación, se asentará la cantera oviedista, de la que destacó su crecimiento. "Tenemos psicólogas, hay mejor material, los chavales están encantados, hay una metodología de trabajo", reivindicó, y señaló que el objetivo del filial es "entrar en play-off" pero sobre todo "que la gente crezca". Aquí, en el asunto de la cantera, Joaquín del Olmo asumió que quizá se precipitó al anunciar a final de la temporada pasada que en el primer equipo habría asturianos, pero que el objetivo sigue vigente porque es "parte de un proceso" a largo plazo. "Me gustaría ver asturianos en el equipo. A la cantera le damos valor", indicó.

El asesor del conjunto azul señaló que el ritmo de venta de camisetas va bien: "En cinco días de octubre vendimos más que en todo octubre el año pasado" y explicó que se empezaron a vender tarde porque fue un "contrato difícil" que tardó en fructificar y que se revisó en México y en España. "Con Adidas firmamos tarde porque no querían apostar por el proyecto en un principio, pero eso cambió. La calidad está siendo brutal", afirmó, y añadió que pronto se podrán comprar en cualquier tienda, no sólo en las del club.

En el aspecto deportivo no quiso profundizar demasiado. Dejó caer que habrá fichajes en el mercado invernal y elogió a la plantilla. De Esteban dijo que está teniendo "un comportamiento ejemplar" y que "ha sumado como todos" y de Michu destacó su humildad: "Estuvo en mi casa y me quedó claro que iba a jugar en el Oviedo porque lo quería y lo sentía. Ojalá muchos jugadores de fútbol tuvieran la humildad de Michu", señaló, y admitió que el año pasado hubo bajas dolorosas como la de, citó, Héctor Font o Redondo porque "son gente que dejan huella". También fue "jodido" darle la baja a Cervero, confesó, pero señaló que se le ofreció ocupar otro cargo y que "regresará a la institución".

Del Olmo se extendió de manera muy especial sobre el problema que más preocupa actualmente en el club: el césped del Tartiere, que fue sustituido en agosto por el Ayuntamiento y que no acaba de enraizar. El mexicano fue claro y directo y denunció lo que se aprecia a simple vista: que la hierba está mal, que los jugadores se resbalan, que la pelota bota para cualquier dirección y que se necesita una solución "drástica" para acabar con el problema. Y planteó esa solución para el mes de diciembre. El equipo juega el 18 de ese mes ante el Córdoba y no vuelve a disputar un partido en casa hasta el 15 de enero del próximo año. Tendría casi un mes de margen. "No es momento de buscar culpables sino de buscar soluciones. En diciembre hay que hacer algo bastante drástico con el césped", advirtió. El estadio, hasta que el equipo suba a Primera, es responsabilidad municipal.

Prudente, Del Olmo no quiso cargar contra el gobierno local, con quien dijo mantener buenas relaciones, pero recordó que el mal estado del césped "no es un problema de ahora" y que cuando el Alcalde, Wenceslao López, anunció el cambio de la hierba, el pasado febrero, el club pidió que se iniciaran las obras al término de la temporada pasada, en junio. Las actuaciones no empezaron hasta finales de julio, a menos de un mes del inicio de la Liga. "Se tardó más de lo esperado. Aún licitado, se tardó mucho en tener el contrato. Fue un error", dijo, y añadió: "El campo no está bien. Es imposible que vaya a estar bien. No hay agarre, no hay estabilidad, el balón bota para todos los lados y aún no ha llovido. Ojalá no nos venga una lesión. El equipo sólo se ha entrenado dos veces allí", indicó Del Olmo, que reconoció que el club ya ha contactado por su cuenta con empresas especializadas para tratar de encontrar una solución. En este punto, el asesor deportivo del club indicó como posibilidad la opción de "levantar el campo" y usar focos de calor, una propuesta que ya puso encima de la mesa hace años el anterior gobierno municipal.

Sobre el césped se volvió a manifestar ayer Ana Rivas, responsable máxima de su estado como concejala ovetense de Infraestructuras, que incidió en que el gobierno local está "muy preocupado" porque "la hierba no está enraizando" pero que mantiene la esperanza de que mejor porque, aseveró, "en algunas zonas del campo ha comenzado a asentarse". Rivas recordó que en las últimas fechas hubo "dos partidos seguidos" del Oviedo en casa (ante el Numancia y Rayo) y que la imagen del domingo pasado ante el Tenerife, con decenas de tapetes levantados, encuentra explicación en que días antes se había metido arena para favorecer que la hierba arraigara. El Ayuntamiento está a la espera de adjudicar el contrato de mantenimiento del césped (80.000 euros por tres años), pero no espera, salvo cambio de última hora, que sea esta semana.

Del Olmo también dejó claro que otra de las necesidades del estadio es la sectorización, "que la tiene que haber", y que hay otras situaciones que se deben mejorar. "La estructura del campo no está bien, en algunos aseos no hay luz, hay váteres que no sirven... Paso a paso, paciencia", señaló, conscientes de que una vez que el equipo suba a Primera la responsabilidad del estadio pasará a depender del club y no se requerirá tanta burocracia para esas obras.

Por otra parte, Del Olmo admitió que la estructura del club no es la idónea para Primera, por falta de gente, y que la idea que tiene Carso es ir creciendo. En este sentido señaló que se está trabajando en la creación de un "departamento de inteligencia" con "tres personas que estén viendo fútbol todos los días" para elaborar un programa que informe de futbolistas y facilite el trabajo tanto con la cantera como con el primer equipo. En este punto, admitió que Carmelo del Pozo, exdirector deportivo, se llevó cuando se fue todos los informes que tenía.

Tras insistir en que Arturo Elías "está pendiente" en todo momento del Oviedo porque "le gusta y es una apuesta de él". "No pone el dinero para que nos paseemos, es gente ganadora", remachó, y abrió la puerta a la integración en el club del equipo femenino Oviedo Moderno, pero no de manera inminente: "Va a llegar el momento, no podemos empezar a abrir más gasto", concluyó.