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Evangelizar con goles

La Universidad Católica de Murcia, rival del Oviedo hoy, patrocina a deportistas como Mireia Belmonte, Carolina Marín y Craviotto - A Mendoza, su peculiar presidente, se le resiste triunfar en el terreno sentimental: la ciudad sigue apoyando al histórico Real Murcia

Evangelizar con goles

Durante los encuentros que disputa el UCAM de basket en el Palacio de los Deportes de Murcia se produce una curiosa disputa. El speaker del pabellón es el encargado de iniciar el cántico de apoyo. "¡UCAM! ¡UCAM! ¡UCAM!", entona marcando el ritmo. La grada responde a su manera: "¡Murcia! ¡Murcia! ¡Murcia!". Hoy en día la UCAM, la Universidad Católica San Antonio de Murcia, es el principal mecenas deportivo de la región, con ramificaciones en todas las especialidades en un modelo similar al que se impone en los Campus americanos. A José Luis Mendoza, el atípico presidente de la institución con 14 hijos y un pasado como misionero, sin embargo, aún se le resiste una asignatura: llegar al corazón de los murcianos.

El rival del Oviedo esta tarde (18.00 horas, La Condomina) presenta el currículum más variopinto de los conjuntos de Segunda División. El club surgió en 1999, aunque con una forma muy diferente a la actual: entonces se llamaba Universidad Católica San Antonio de Murcia y competía en Tercera. Entró desde el principio en una continua metamorfosis que le hizo tener 8 nombres diferentes y jugar en 6 estadios distintos, hasta que en 2011 llegó la estabilidad de la mano de la Universidad. Fue Mendoza el que vio la oportunidad.

La idea es imitar el modelo americano, ese matrimonio indisoluble entre Universidad y Deporte en el que el factor económico es la clave. La UCAM sostiene un equipo de fútbol en Segunda (con un tope salarial este año de 3,9 millones de euros), además de patrocinar al de baloncesto, que milita en la ACB. Pero no se detiene ahí. La Universidad cubre casi todas las especialidades deportivas.

Entre la amplia nómina de patrocinados se encuentran los medallistas olímpicos David Cal (piragüismo), Carolina Marín (bádminton), Mireia Belmonte (natación), Ruth Beitia (atletismo), Saúl Craviotto (piragüismo), Maialen Chourraut (piragüismo) o los campeones del mundo Mario Mola (triatlón) y Javier Fernández (patinaje sobre hielo). Hay un dato revelador: De los 500 deportistas españoles que acudieron a los Juegos Olímpicos de Río, 50 tenían patrocinio de la UCAM.

La pregunta es clara: ¿Cómo puede subsistir un modelo así, con semejante gasto anual?

Hay dos factores claves, una universidad privada y su cara más reconocible, su líder. La institución cuenta con 15.541 alumnos (a los que hay que sumar los aproximadamente 50.000 apuntados a cursos online), según su página web, que pagan unas generosas matrículas cada año. Por ejemplo, la tasa académica en medicina es de 10.399,80 euros por curso; la de derecho, 4.860. El ingreso medio de la Universidad anual en concepto de matrículas supera los 80 millones de euros.

Por si no fuera suficiente, ahí está José Luis Mendoza (Cartagena, 1949), empresario que pertenece al Camino Neocatecumenal, organización conocida popularmente como los "kikos", padre de 14 hijos y que fue en su momento misionero de la Iglesia Católica en misión familiar en la República Dominicana. Él es el presidente de la Universidad y en alguna ocasión ha reconocido que tiene un patrimonio por encima de los 30 millones de euros. También ha asegurado que entre 1997 y 2012 había donado al Vaticano un total de 50 millones de euros.

Mendoza es la cara más reconocible del proyecto universitario, alabado en muchas ocasiones por su apuesta deportiva, en entredicho en otras por sus métodos (sus charlas evangelizadoras en el vestuario son conocidas y, en otras, directamente criticado, como cuando aseguró, en pleno acto de apertura del curso, que el matrimonio homosexual era una "aberración a los ojos de Dios". A Mendoza le apoyan además las instituciones, conscientes del filón de un hombre dispuesto a invertir. Éxito deportivo, reconocimiento y respeto de los políticos; a Mendoza y su UCAM solo le falta triunfar en el campo de los sentimientos.

A la misma hora que el Oviedo visite La Condomina (antiguo estadio del Real Murcia y que se ha teñido de azul y dorado para acoger al UCAM), la ciudad pondrá su atención en otra dirección. Porque desde las cinco se juega el derbi, el duelo entre Real Murcia y Cartagena en la nueva Condomina. Aunque sea Segunda B. Porque el equipo universitario (con unos 3.200 socios) ha logrado adelantar deportivamente al histórico equipo de la ciudad pero la victoria se detiene ahí. En términos sentimentales, el Real Murcia, con 7.300 abonados a pesar de sus 40 millones de euros de deuda a Hacienda, sigue siendo la referencia. El campo que a Mendoza no logra evangelizar.

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