Nada más llegar a la sala de prensa del Carlos Tartiere, sin tiempo apenas de ser preguntado, Fernando Hierro, inteligente, lanzó el mensaje que quería hacer prevalecer en esta semana eufórica que se viene por delante: la victoria ante el Levante está bien para la autoestima del equipo, pero son tres puntos más. Incluso llegó a citar el del Mirandés como el partido. Sabe el técnico que los excesos de optimismo destensan.

Como bloque que es, en el Oviedo existe un discurso unitario que también se trabaja y que, de alguna manera, es otra muestra de la fortaleza del conjunto. A pesar de que la victoria redonda del sábado ha disparado la ilusión en el oviedismo, la plantilla azul no quiere lanzar las campanas al vuelo y advierte de que lo importante es refrendarla con otro triunfo el sábado ante el Alcorcón, que aún es la jornada 15 y que en esta competición tan igualada nadie está libre de un resbalón en cualquier momento. Los futbolistas del Oviedo entienden la alegría de la hinchada y la comparten, asumen incluso que es una importante inyección de moral tras el fiasco de Huesca, pero se quedan ahí, en un gran día, el mejor quizá, una tarde que los refuerza y que les hace recuperar las sensaciones que, dicen, llevaban teniendo desde hace tiempo, con el paréntesis aragonés de por medio.

Hay licencia para soñar, pero con cautela, con precaución, sin perder la perspectiva de una Liga larga y apretada. Christian Fernández ilustró el mensaje con un ejemplo propio: "Yo estuve con Las Palmas en una situación mucho mejor a la de ahora. Terminamos la primera vuelta (de la temporada 2014-2015) con 46 puntos y no nos dio para ascender directos. Y fue en un año menos igualado que el que estamos viviendo ahora", señaló ayer en El Requexón. Aquel curso, Christian terminó ascendiendo con Las Palmas en una agónica remontada ante el Zaragoza en el último partido del play-off. "Es normal tener ese aire de optimismo", continuó el defensa cántabro, "es normal que se hable de Primera, pero es complicado. Entiendo la ilusión de la gente, pero hay que ser realistas. Es una carrera de fondo y estamos en la jornada 15. Hay que remar mucho porque se van a pasar momentos malos", dijo, y ofreció la clave: "Seguir siendo lo que somos: un equipo".

Eso, un equipo fuerte, compacto, con empaque, fue lo que transmitió el Oviedo el sábado en el Tartiere. Orden, trabajo, intensidad, concentración y un guión que seguir. Tal vez lo que faltó en Huesca. Los azules marcaron dos goles y pudieron hacer alguno más ante un rival de récord bien trabajado que sólo había perdido un partido (1-0 ante el Córdoba). El Oviedo dejó a cero al que era el equipo más goleador, metió dos al que era el menos goleado y ganó al grupo con mejores registros a domicilio. Una victoria redonda y de prestigio que, si se trataba de medir el verdadero potencial del equipo azul, de saber por qué podía pelear, como dijo Hierro en la previa, lo sitúa como evidente candidato.

¿Candidato? "Bah, queda muchísimo. Hay que tener los pies en el suelo", afirmó Michu, que fue muy ilustrativo a continuación: "Si vas a Alcorcón y pierdes, luego vuelves aquí con la obligación de ganar", añadió. Por eso lo de rebajar la euforia, porque perder en una Liga con tanta igualdad no es algo extraterrestre ni siquiera, ya se vio, para el Levante, que no paraba de batir récords. "Hay que tener los pies en el suelo, esto no para y nosotros tenemos que seguir sumando", añadió el delantero ovetense, goleador en el Tartiere diez años después.

Jonathan Pereira habló de ilusionarse, de soñar, de pensar en grande porque, dijo, se ven "cositas" para que así sea, pero también habló de humildad, de mantener la calma y pensar sólo en el próximo partido. "Tenemos que ilusionarnos tanto nosotros como la afición. Hay cositas en el equipo que se ven que podemos estar ahí arriba, pero queda mucho, hay que ser humildes y tener los pies en el suelo", señaló. Y añadió: "Pero está claro que la ilusión de estar ahí arriba no la podemos perder porque sabemos que podemos conseguirlo". Eso es lo que piensan hoy, con motivo, el equipo y la afición. Y más tras la victoria ante el Levante. Soñar, pero con cautela.