La única pasión comparable a la música para Víctor García y Pablo Merino es el fútbol y, sobre todo, el Oviedo. Tan azul es el tuba de la banda municipal que hizo socio a su sobrino Corián presentando sólo la ecografía, cuando su hermana llevaba cuatro meses de gestación. Los dos sueñan con ver a su equipo en Primera y recogen el guante lanzado por David Feito en LA NUEVA ESPAÑA para realizar un macroconcierto de músicos oviedistas para celebrar un posible ascenso. "Lo que haga falta", coinciden.
-¿Se han venido arriba después de ganar al Levante?
-Víctor García: Ha sido una semana muy buena.
-Pablo Merino: Es la típica semana que se puede mirar el Twitter. Si pierde el Oviedo paso días sin mirarlo, ni lo abro. No quiero saber nada, ni estadísticas ni leches. En cambio, cuando gana lo actualizas cada dos horas.
-Víctor García: Creo que lo del Huesca le vino bien al Oviedo. Nunca viene bien un 4-0, pero después le ganó al Levante, que es el coco. Ganando al Levante se puede ganar a cualquiera.
-Una de las virtudes del Oviedo es su eficacia en ataque.
-Víctor García: Para mí el mejor fichaje que ha hecho el Oviedo esta temporada ha sido Michu. Es una garantía.
-Pablo Merino: Hierro tardó en dar con la tecla. El 4-4-2 de principio de temporada te lo defendía un equipo de alevines, era un fútbol de los años 80. Fui a verlos a Murcia en la Copa del Rey y un equipo muy inferior nos pintó la cara.
-Víctor García: Lo que está haciendo Hierro es conocer al equipo: Susaeta está claro dónde va a jugar, pero por ejemplo ladear un poco más a Linares es una novedad.
-Pablo Merino: Para mí Hierro es un acierto porque el fútbol a veces son sensaciones. El "Cholo" no es el mejor entrenador del mundo, pero sabe transmitir algo que hace al equipo ganador. Hierro está tan por encima de todos los jugadores por la persona que es. No le tose nadie.
-Víctor García: Es lo que hacía falta: una persona con un historial detrás.
-Da la sensación de que Hierro acierta a la hora de colocar a los jugadoes en posiciones que no eran habituales para ellos.
-Pablo Merino: Está sacando lo mejor de cada uno, independientemente de lo que hiciera o sea. No mira el pasado.
-Víctor García: Tiene cinco delanteros y sólo pueden jugar dos. Se plantea qué hacer con esta gente que tiene tanta calidad. Pues lo más básico es echarlos a la banda y si pueden ir al centro del campo, al centro del campo. Y le ha salido muy bien.
-Pablo Merino: No conocíamos la faceta defensiva de Linares.
-Víctor García: Tampoco sabemos hasta qué punto Hierro es fundamental en eso. Lo que está claro es que está funcionando.
-Pero la defensa también está siendo muy sólida, ¿no?
-Pablo Merino: Tenemos un porterazo. Una pasada. Sólo le pondría un manchón, que es lo que hizo en Mallorca, el teatro que hizo en Mallorca, que lo veo reprobable para todo jugador del Real Oviedo. Quitando eso, Juan Carlos está teniendo unas actuaciones increíbles.
-Víctor García: Los delanteros están ayudando mucho atrás y eso se nota. Es vital.
-¿Qué importancia tiene Michu en este equipo?
-Pablo Merino: Desde que no está Cervero, la grada está huérfana de un gran oviedista. Tengo una imagen grabada que siempre me quedará y que es el ejemplo que quiero para mis hijos de lo que tiene que ser el deporte: ganando 1-0 en Avilés, se lesiona Manu Busto en los últimos minutos y en lugar de perder el tiempo, Cervero lo coge en brazos y lo sacó fuera del campo. Hay que mirar el contexto. Acaba de empezar la Liga, necesitamos ganar ya porque si no la gente se cabrea y coge a su compañero y no pierde el tiempo. Seguimos jugando.
-Víctor García: Estoy de acuerdo. Se olvida mucho lo que ha hecho una persona. Tenía muchos compañeros que me decían: ¿Cervero para qué? Y yo les digo que a lo mejor para hacer piña, lo que era Reina en la selección.
-Pablo Merino: Michu para mí lo sustituye con la grada, con lo que es, con lo que representa. Pero qué pasa, que encima estamos hablando de alguien que fue a la selección, lo que hizo con la oferta del Sporting, lo que hizo por el Oviedo. Sangra azul por todos los costados.
-Víctor García: Si alguien tiene ahora mismo ese carisma, esa capacidad de mover la grada es Michu. Es pasional, el público quiere a alguien pasional.
-¿Cómo entró el Oviedo en sus vidas?
-Pablo Merino: Yo odiaba el fútbol, no entendía que la gente lo siguiera por la televisión, lo mío era la música. Todo el día estaba estudiando violín, tuba. Mi padre era catedrático de Musicología, entonces en casa lo teníamos así. Pero mi padrino es el socio número 98 del Oviedo y me insistía para que fuera con él al fútbol. Accedí a ir con él a un Oviedo-Sporting. Ganamos 1-0 y de repente cambió todo. Amo a mi ciudad, a su gente, y ver a 24.000 personas gritando, saltando... Me hice socio. Tenía 12 años. Por eso no concibo ni el Barça ni el Madrid. Para mí es como tener una novia que es guapísima y que sólo estás con ella vía chat. Yo prefiero a la mía, que no es tan guapa ni tan rica pero duermo con ella todos los días, convivo con ella. Y es mía.
-Víctor García: Yo no, yo empecé a jugar al fútbol en el Colloto y en aquella época estaban todavía los filiales. Yo seguía a todos los equipos, fuese Oviedo, Sporting, todo lo que hubiese por la televisión lo veía. Pero cuando fui a este equipo me dijeron que era filial del Sporting. Y dije: pero espera, estoy a cinco kilómetros de Oviedo, cómo va a ser filial del Sporting que está a veinticinco. Siempre he pensando que tengo mucho más en común con Oviedo que con Gijón. Por lógica, por distancia.
-¿Qué importancia le dan a la llegada del Grupo Carso?
-Pablo Merino: Arturo Elías está infectado totalmente del virus del oviedismo.
-Víctor García: Normal, cada vez que viene es fiesta nacional.
-Pablo Merino: Ese hombre pase lo que pase ya pertenece a nosotros. Y los que somos del Oviedo vamos a estar al lado de él siempre que quiera.
-Víctor García: La gestión que están haciendo hasta ahora por lo menos seria es.
-¿Son optimistas con el ascenso?
-Víctor García: Va a depender de las lesiones y de que no baje el ritmo.
-Pablo Merino: Yo todos los años voy a quedar campeón. Sólo miro la distancia que me separa del Levante.
