Con el examen fuera de casa aplazado a la visita a La Romareda, 11 de diciembre, el Oviedo se encuentra en su camino otra piedra. Es el Nàstic uno de esos rivales con más peligro del que dice la tabla: es penúltimo pero ha reaccionado en las últimas semanas. "No queda otra que mirar adelante, ya lo hicimos una vez, ante el Levante, y salió bien. Pero no podemos pasarnos la temporada dando una imagen fuera y luego intentando arreglarlo en casa. Hay que ser mucho más compactos y regulares. Hay que tener cuidado con el Nàstic porque vienen después de tres victorias en los últimos cuatro partidos, en una clara línea ascendente. Empezó mal, pero les he visto y no merecían un bagaje tan pobre".