Catalogarlos como los tipos duros de la zaga tiene el riesgo de simplificar su importancia, pero la realidad demuestra que Héctor Verdés y Christian Fernández son dos piezas fundamentales en los esquemas de Hierro: por lo que muestran en el césped y por lo que transmiten a los demás. Solo hay que seguirlos en cualquier entrenamiento para comprobar su vehemencia. Christian va al suelo, choca y corrige a sus compañeros hasta en el partidillo más distendido. Verdés corta, disputa por alto y barre todo lo que llega a su zona. Dicen los expertos en la materia que la clave del éxito es entrenar como se juega Aquí, dos claros ejemplos.

La sesión del miércoles había dejado una leve sensación de preocupación en el oviedismo. Aún se trataba de un entrenamiento a mitad de semana, de esos de los que no hay que sacar conclusiones definitivas, pero las ausencias de Verdés y Christian Fernández, que se entrenaron en el gimnasio, transmitían algo de incertidumbre. Las dudas quedaron despejadas al primer vistazo. Ayer sí se entrenaron con el equipo y completaron toda la sesión sin ningún problema. Hierro puede contar con ambos de cara a la cita de la Romareda, un partido que el vestuario quiere que suponga un punto de inflexión. Con las dos piezas en perfecto estado, Hierro podrá disponer de su defensa habitual. El entrenador se ha habituado desde el comienzo de campeonato a probar siempre que ha podido, pero si hay una línea que tiende al inmovilismo, ésa es la defensa. El malagueño dio con la tecla en Cádiz después de un inicio algo tormentoso y desde entonces el equipo ha crecido en base a algunos principios irrenunciables. El principal, la seña de identidad de este Oviedo, es la solidez defensiva. Y los cuatro representantes de este principio se pueden recitar de memoria: José Fernández, David Fernández, Verdés y Christian Fernández.

El equipo sigue trabajando sobre el césped de El Requexón con una única ausencia, la de Edu Bedia, con problemas en el tendón por segunda semana consecutiva, que se perderá el encuentro de La Romareda. La orden para la cita es recuperar los viejos hábitos, que el equipo conceda poco y surja el acierto en ataque en los momentos claves. Algo así como lo visto ante el Nástic. La primera parte de la ecuación ganadora depende de la defensa. Y sus protagonistas tienen claro, al menos en la parte teórica, que es lo que tienen que hacer el domingo. "Hemos hablado y sabemos dónde están los errores, en qué hemos fallado. En Huesca y Alcorcón faltó intensidad, no fuimos capaces de ser el equipo fiable del Tartiere", analiza David Fernández; "Nuestra labor es no conceder ocasiones, mantener la puerta a cero. Ésa es la clave. Arriba tenemos gente con calidad que en cualquier momento puede marcar".

Para el madrileño, el equipo tiene que ser hábil a la hora de saber jugar con otros elementos ajenos al propio partido, como el posible nerviosismo de la grada de La Romareda. "Últimamente a ellos no les están saliendo muy bien las cosas. Nosotros tenemos muy claro lo que tenemos que hacer y espero que la urgencia por ganar les afecte. Si estamos concentrados desde el primer minuto, tenemos muchas opciones de sumar", señala el defensa.

Mientras las declaraciones de intenciones se suceden en la sala de prensa, Hierro mantiene el trabajo con los suyos en El Requexón. Las sesiones preparatorias continúan esta mañana con un entrenamiento a puerta cerrada, tras la que Hierro atenderá a la prensa. Mañana, el equipo volverá a ejercitarse sin presencia de público antes de poner rumbo a Zaragoza. Se espera que el malagueño apueste por la continuidad y no introduzca muchos cambios en su once inicial.