A Raúl Agné le preguntaron en su intervención de esta semana las claves para que su defensa dejara de ser un coladero. "Entrenamiento y personalidad", resumió el técnico del Zaragoza. El que buscara una amplia explicación se habrá decepcionado. El conjunto maño paga sus errores defensivos en la tabla, en la que es 14.º antes de la disputa de presente jornada. Los 25 goles en contra le han situado como el equipo más batido de Segunda (aunque el Elche, con los dos goles recibidos ayer, se sitúa con 26 dianas recibidas), un pesado lastre que le impide dispararse en la tabla hacia las posiciones de privilegio.

Ésa, la de la defensa, es la principal preocupación de Agné desde su llegada. Luis Milla, el entrenador que comandó el proyecto desde el verano, empezó con buen pulso pero el paso de las jornadas fue haciendo que el globo se deshinchara. Milla fue destituido tras el empate sin goles de Zorrilla, jornada 11.ª. Para entonces, los problemas defensivos ya eran evidentes. A esas alturas de competición, el Zaragoza había recibido 16 goles y solo tres equipos presentabas peores guarismos defensivos: Nàstic (18 goles en contra), Mirandés (18) y Elche (17).

La solución de Agné no ha sido tal. En su búsqueda de la regularidad, el nuevo entrenador ha cosechado de todo un poco: dos victorias, dos empates y dos derrotas. El último partido, el 3-0 de Cádiz, ha levantado ampollas en en la ciudad aragonesa. El conjunto zaragocista ha recibido 9 goles en los seis partidos dirigidos por el nuevo entrenador. Una simple comparativa de la estadística revela que los problemas defensivos siguen vigentes. Con Milla, el Zaragoza recibía una media de 1,45 goles por encuentro mientras que con Agné, el equipo encaja 1,5 tantos de media por choque.

Pero las preocupaciones defensivas no son exclusivas del conjunto local. Para el Zaragoza, defender con orden es el camino del caambio; para el Oviedo, es regresar a la buena senda, la que le convierte en un serio candidato a los puestos de play-off.

El partido de esta tarde está condicionado por las experiencias recientes fuera de casa. Las goleadas de Huesca (4-0) y Alcorcón (5-1) han copado las reflexiones de los futbolistas durante toda la semana. El vestuario pide una oportunidad para lavar su imagen y, según defienden los futbolistas, La Romareda se presenta como un escenario ideal.

El Oviedo ha recibido en lo que va de competición 16 goles después de 17 jornadas disputadas. La media de goles en contra es inferior a 1: concretamente del 0.94. Y eso que el coeficiente está condicionado por las dos malas tardes antes mencionadas. El Oviedo ha recibido el 56,25% de los goles de esta temporada (9 de 16) entre Huesca y Alcorcón. Incluso Hierro trata esos dos choques como un accidente. "Prefiero quedarme con la solidez mostrada en 15 de los 17 encuentros que hemos disputado", señaló el viernes.

Para mantener la imagen sólida que el equipo mostró la semana pasada ante el Nàstic, el malagueño apostará de nuevo por su defensa titular, formada por José Fernández, David Fernández, Héctor Verdés y Christian Fernández.