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Fútbol | Qué fue de ellos

Dely Valdés, volver a cruzar el charco

Dely Valdés trata de hacer como entrenador el mismo camino que hizo como futbolista, dando los primeros pasos en su país para llegar después a Europa

Dely Valdés defendido por Armando en un partido ante el Mallorca.

Dely Valdés se acuerda muy bien de cuando llegó al Oviedo. No fue fácil. El panameño tenía 30 años y había quien pensaba que, tras jugar en el Paris Saint Germain, ya venía de vuelta. Por si fuera poco le tocaba sustituir nada menos que a Oli, entonces un ídolo de la afición azul que había fichado por el Betis tras marcar 20 goles con el Oviedo en la temporada 1996-97. "La verdad es que no lo tenía fácil. Llegué al Oviedo con 30 años para sustituir a Oli y no fue sencillo", rememora Dely Valdés en conversación telefónica con este periódico desde Málaga, donde ahora reside.

Las suspicacias que generó Dely Valdés tardaron algún tiempo en disiparse. La primera temporada que pasó en el Oviedo fue complicada. Los azules tuvieron que jugar la promoción de permanencia y el ariete panameño marcó nueve goles en los 32 partidos que jugó de Liga. "Llegaba a una liga nueva para mí, el primer año pudimos mantener la categoría, fueron tres temporadas deportivamente buenas", explica. Sin duda, la mejor en lo personal para él fue la segunda, con 19 tantos.

Una vez que un jugador llega al Oviedo es difícil que quiera marcharse. A Dely Valdés también le ocurrió y por eso no se le olvida cómo fue el verano en el que salió con destino al Málaga: "Estaba en Panamá entrenando con la selección, el Oviedo me quería renovar por un año y yo quería dos. Al mismo tiempo el Espanyol y el Málaga estaban interesados por mí, pero yo les decía que quería seguir en Oviedo. Al final llegué a un acuerdo con el Oviedo, estaba todo pactado y me hicieron viajar a Madrid. Me hicieron salir de Panamá y al final fue que no. Aún tenía la oferta del Málaga y firmé allí", cuenta el exfutbolista sin ningún atisbo de rencor.

La razón por la que Dely Valdés quería seguir en Oviedo era porque se sentía muy cómodo en la ciudad y feliz con el grupo que habían formado en el equipo: "Había un grupo fantástico, encima estaba muy a gusto en la ciudad y cuando estás cómodo en un sitio no te quieres ir. Yo quería terminar mi carrera en el Oviedo".

Salir de Oviedo le sirvió para conocer otra ciudad y otro club que han sido muy importantes para él, como es el Málaga. Un cúmulo de experiencias que le valieron para emprender después una carrera de entrenador en la que ahora está centrado. De sus años en Oviedo tiene recuerdos gratos y otros momentos más difíciles de llevar. Entre las cosas buenas destaca toda la temporada 1998-99, en la que marcó 19 goles y en la que se convirtió en un ídolo de la afición por su velocidad, su capacidad para definir y su calidad con el balón en los pies. "Me acuerdo de que en mi segunda temporada, antes de empezar la Liga, tuve una comida con Fernando Vázquez, que iba a ser el entrenador esa temporada, y con el presidente Eugenio Prieto. Fernando Vázquez me decía que esa temporada iba a meter 20 goles y efectivamente así fue. No llegué porque un par de ellos mes los anularon", cuenta el exjugador.

En lo negativo destaca la tensión que se vivió en su primer año, disputando una promoción para salvar la categoría. "Mi rendimiento no fue tan excepcional como esperaban, además tuve una rotura muscular", explica. Para Dely Valdés la llegada a Oviedo fue un choque importante. Venía de París y pasaba a una ciudad totalmente diferente que le atrapó enseguida: "Desde el principio me enamoró la ciudad, la limpieza que había en sus calles, la comodidad,...". También se suma a los que se quedaron prendados por su gastronomía, aunque reconoce que en su caso no tiene demasiado mérito: "No tengo mucho problema con la comida", dice entre carcajadas.

El paso por el Oviedo le dejó también muchos amigos. Explica que ahora está tratando de ponerse en contacto con Onopko. "Tiene que venir a Marbella y seguro que le veré", dice. Mantiene contacto con el Pompei y con el fisioterapeuta que le atendía, Paco López. De su época todavía hay un futbolista en la plantilla azul, Esteban, que merece todos sus elogios por seguir al pie del cañón: "Para llegar a esa edad después de una carrera tan exigente hay que ser un gran profesional. En mi época era el tercer portero cuando empezó la temporada, pero después de tener una ocasión ya no perdió la titularidad nunca más".

Otra de las sorpresas que le ha deparado la vida es tener un peña del Oviedo en su país: "He estado en varias ocasiones con ellos tomando algo y rememorando los tiempos que pasé en el Oviedo".

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