Sobre la solidez defensiva del Oviedo de Fernando Hierro se ha debatido mucho en las últimas fechas, principalmente porque las goleadas encajadas fuera de casa echaban por tierra la que se suponía era una de las fortalezas azules. Sucede que, como en todo en el fútbol, hay estadísticas y hay sensaciones, dos caminos para el análisis que muchas veces arrojan conclusiones contradictorias. Los partidos de Mallorca (0-0) y Murcia (0-1) son un ejemplo: al Oviedo le crearon muchas ocasiones de peligro, pero se fue de ambos campos sin recibir goles.
El duelo Oviedo ante el Valladolid el pasado sábado, sin embargo, confirmó que la defensa azul ha recuperado sus buenas sensaciones. No sólo volvió a dejar la portería a cero tras cuatro partidos sino que elevó a once encuentros, la mitad de los que lleva disputados en la Liga, los que suma imbatido en la competición. Es el segundo equipo del torneo con más partidos sin encajar (11), después del líder Levante (13), que va a toda velocidad hacia Primera y acumula ya seis victorias seguidas. Por detrás de los azules vienen el Valladolid (10 partidos sin encajar ), Girona (9), Reus (9) o Mallorca (9). El equipo que menos veces ha conseguido salir imbatido de un partido es el Mirandés, que sólo logró en dos ocasiones su portería a cero, una de ellas ante el Oviedo en el Tartiere (0-0).
La retaguardia azul, con el partido del sábado, vuelve a tener las señas del muro que fue. Ya se sabe que esto cambia de una jornada a otra, pero al menos el sábado la defensa oviedista resolvió bien las ocasiones que le crearon.
El portero, Juan Carlos, estuvo muy bien con tres intervenciones claves. Los dos centrales, especialmente Héctor Verdés, rayaron a un nivel muy alto y los laterales, Fernández y Christian, echaron el cerrojo y se prodigaron cuanto pudieron al ataque, especialmente Fernández, que cuajó uno de sus mejores partidos de la temporada. La defensa se ha vuelto a poner las pilas ahora que hay un nuevo competidor (David Costas) y que no se descarta la llegada de otro central. Desde el partido del Nástic en el Tartiere (1-0), jugado a principios de diciembre, los azules no conseguían acabar un duelo sin recibir goles. Fue su peor racha, un tramo de cuatro partidos seguidos encajando al menos un tanto, periodo cortado el sábado ante el Valladolid. Antes, el Oviedo no había pasado de las dos jornadas consecutivas recibiendo goles, porque de la tercera salía imbatido. Sucedió entre las jornadas 6 y 9 y entre la 13 y la 16.
Al término del partido ante el conjunto pucelano, de hecho, la labor defensiva oviedista fue uno de los puntos destacados por los protagonistas. Hierro habló de "recuperar consistencia" y Juan Carlos y Fernández elogiaron la capacidad del grupo para volver a ser "férreo" atrás. Ahora falta que la buena línea se mantenga a domicilio, donde la defensa y todo el equipo suele naufragar. En Almería, Fernández no podrá estar por sanción y es posible que se estrenen tanto David Costas como Diegui Johannesson.
