El Real Oviedo se mete de lleno en la lucha por el ascenso.

Tras lograr la cuarta victoria en los últimos cinco partidos ocupa ya plaza de promoción, a tan solo dos puntos del tercer puesto, aunque algo alejado de las plazas de ascenso directo.

Más importante aún es la ruptura de su horrible dinámica a domicilio, donde no conseguía puntuar desde el mes de octubre, y que puede suponer un punto de inflexión en la dinámica de los azules.

Volvió Fernando Hierro a una defensa de cuatro hombres que se mantuvo muy segura durante todo el partido y siempre reforzada por un Juan Carlos que fue decisivo en los momentos de apuro que forzaron los locales y sobre todo con empate inicial en el marcador.

Con Vila en el medio centro y Borja Domínguez por detrás de Toché como grandes novedades se inició el encuentro. El Oviedo parecía más incisivo que en otros partidos pero comenzaba a sufrir en defensa cuando Vila cayó lesionado.

Corría el minuto 18 y fue un momento decisivo en el encuentro. Poco después y tras el parón de la lesión y el consiguiente cambio por Torró, Saúl Berjón recogió un saque de banda en el área, se giró y disparó con potencia. Su remate tocó en la pierna de un defensor y despistó a su guardameta que no pudo hacer nada para evitar el tanto.

A partir de este gol el Oviedo disfrutó de sus mejores minutos. Toché malogró una clarísima ocasión solo ante el portero y el Oviedo se mostraba incisivo cuando intentaba la contra siempre dando la impresión de que podía resolver el partido.

Poco a poco, y como viene siendo habitual, se fue echando hacia atrás lo que fue aprovechado por los locales para buscar el empate aunque sin muchas ideas.

Tras el paso por los vestuarios no cambió la decoración. El Mirandés mandaba al área continuos centros laterales que eran bien defendidos por la defensa asturiana.

El partido quedó prácticamente finiquitado en el minuto 62. Susaeta puso una falta en el área rival. David Costas bajó la pelota con calidad, se giró con rapidez y ajustó su disparo al poste de la meta de Roberto.

De aquí al final el Real Oviedo se defendió con solidez. El Mirandés siguió intentándolo pero siempre con el único plan de colgar balones al área que no terminaron de crear problemas de entidad a los ovetenses.

Hierro movió sus piezas. Entraron Nando y un Michu que volvía al terreno de juego tras siete jornadas lesionado pero poco cambió en el libreto del partido.

Victoria final del Real Oviedo ante más de 1.000 aficionados azules en las gradas que disfrutaron de una victoria apenas recordada en los desplazamientos. Concretamente desde el 30 de octubre ante el UCAM.

Los de Hierro buscarán una nueva victoria en el Carlos Tartiere este próximo domingo. Encuentro que puede ser decisivo ya que enfrenta al Getafe CF, el tercer clasificado de la categoría, al que conseguiría adelantar en caso de triunfo. Domingo a las 18h.