La llegada de Borja Domínguez fue una cuestión de cariño. De "feeling". Tras un inicio de campaña a la sombra se había hecho con un hueco en el once del Córdoba, pero en plena recta final del mercado de invierno recibió la llamada del Oviedo. Inmediatamente, el gallego se dirigió a los responsables cordobeses. Quería conocer su rol en el equipo, su importancia. No percibió un cariño exagerado y decidió coger las maletas. La oferta del Oviedo le seducía. Así lo explicó a su llegada a Oviedo. Una cuestión de sensaciones, una corazonada. A veces, conviene dejar llevarse por los impulsos.

La irrupción de Borja Domínguez en el Oviedo ha cambiado la fase ofensiva del equipo. El gallego es uno de los responsables de que el equipo pretenda jugar la pelota por abajo. Es uno de los impulsores del juego de asociación. Tras su primera toma de contacto con el Tartiere en la victoria frente al Mallorca (2-1), Borja se hizo con el mando en Miranda y no ha salido del once. Su contribución como titular se resume en tres partidos, siete puntos sumados (0-2 en Miranda, 2-1 al Getafe y 1-1 en Reus) y su estreno como goleador. Un paso más en su evolución.

"Tuve la suerte de llegar en el momento adecuado", define la acción del gol con modestia. "El centro era muy bueno, la vi venir y pensé 'tiene que entrar sí o sí'. La enganché bien", completa el resumen de la jugada clave en el Municipal de Reus. La jugada se había iniciado con una larga posesión que Susaeta había acelerado con un preciso cambio de juego. Christian fue el receptor del envío y el colaborador necesario con un centro a la frontal. A partir de ahí, el protagonismo recae en la zurda del gallego. "El gol va para los míos: mi familia, mi novia, mi gente? Intento darle normalidad a todo pero en el fútbol he pasado algunos momentos malos así que me acuerdo de los que han estado ahí apoyándome", señala el centrocampista.

El tanto confirma a Borja como una de las armas ofensivas del equipo de Hierro en la segunda vuelta, la versión mejorada tras los fichajes de invierno. "Desde que he llegado Hierro me ha dado confianza y los resultados están siendo positivos. Sinceramente, en el momento que empecé a entrenar me puse a las órdenes del entrenador. Él decidió ponerme y yo estoy encantado con esa decisión. Tengo que demostrarle que puedo seguir ahí", señala el gallego, cómodo en cualquier posición: "La media punta no es mi posición habitual pero lo puedo hacer bien porque he jugado algunas veces. Intento pedir el balón, darle más continuidad al juego, aportar mi trabajo. Es lo que me pide el entrenador. Yo estoy aquí para aportar mi fútbol y mi trabajo y después será el entrenador el que decida".