El Oviedo ha metido el turbo en el Carlos Tartiere y está a punto de llegar a una meta volante que, por inédita tras la salida del equipo azul del fútbol no profesional, parece importante. Si los azules ganan esta tarde al Cádiz sumarán la quinta victoria consecutiva como local, un parcial que el equipo azul no consigue desde el otoño de 2014, cuando transitaba por una Segunda División B que, precisamente, abandonó tras ganar al Cádiz.

Entonces, los azules se impusieron en los siete primeros que disputaron en Liga como local: Sporting B, Burgos, Guijuelo, Logroñés, Celta B, Lealtad y Murcia. En la jornada 15 la racha se rompió con la victoria del Zamora en el Tartiere.

Ahora las cuentas quedan más a mano. El equipo de Fernando Hierro ha ganado los últimos cuatro partidos en el estadio oviedista, todos este año. Si los azules vencen hoy a los andaluces superarán los cuatro consecutivos que consiguió el Oviedo de Sergio Egea el año pasado en Segunda. Tras caer derrotado ante el Córdoba (1-2) en el último partido del 2016, el Oviedo sólo sabe cantar victoria en casa. Triunfo ante el Elche (2-1) en la jornada 21, triunfo ante el Valladolid (jornada 22, 1-0) y triunfos también ante el Mallorca (jornada 24, 2-1) y el Getafe (jornada 26, 2-1).

Si lo primero para lograr un objetivo en Segunda es hacer de tu casa un fortín, el Tartiere es un ejemplo. La consistencia del Oviedo se explica especialmente a partir de su fortaleza como local, circunstancia que le ha permitido no desengancharse de la zona alta de la clasificación cuando fuera venían mal dadas como ocurrió en Huesca, Alcorcón, Sevilla o Almería. El conjunto azul es el tercer mejor equipo de la categoría como local (30 puntos de 42 posibles), sólo superado por Levante y Girona 35 y 34 puntos, respectivamente.

El Oviedo busca la victoria para seguir en los puestos de arriba y adelantar al Cádiz. Y también para afrontar las dos salidas que vienen ahora (Numancia y Rayo) con la mayor estabilidad.