La peña Bochum tiene mucho que celebrar. Este año cumplen tres décadas y lo hacen con una salud envidiable. Ha pasado el tiempo y ellos siguen siendo un grupo de amigos que comparten su pasión por el Oviedo y que disfrutan cuando están juntos en su sede, La Garnacha, un local situado en Valentín Masip. El barrio donde todo empezó hace ya mucho tiempo.

Una cervecería que dejó de existir en 1996 fue el germen de todo. Víctor Mesa aprovechó que Oviedo estaba hermanada desde 1980 con una ciudad alemana de nombre tan sonoro como Bochum para nombrar al negocio que abrió en 1987. Un grupo de amigos se empezó a reunir allí y decidieron fundar una peña del Oviedo y bautizarla con el nombre de la cervecería. Ayer se cumplieron cuatro años del fallecimiento de Víctor Mesa y mañana la peña celebra el cuarto memorial en su honor. Un acto que sirve también para juntar a los socios actuales con otros que dejaron de serlo y todos unidos rememorar la figura del que fue el gran impulsor de la Bochum. "Falta Víctor y nos tomamos una cerveza por él", dice Cristina Calvo, presidente de la peña.

Ese día aprovechan también para entregar un premio a alguien que se haya significado por su oviedismo. Este año la persona elegida es Hugo López, expresidente de la Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo (APARO) y exconsejero del club. Alguien al que tienen en muy alta estima en esta peña. "Fue el artífice de que las peñas se reunieran para formar la APARO, el impulsor de la asociación y no tuvo mucho reconocimiento", explica Cristina Calvo. Es un día emotivo para la Bochum, en el que están presentes familiares de Víctor Mesa y que este año tendrá aún más significación por la efemérides de cumplir tres décadas al pie del cañón, lo que les convierte en unas de las más antiguas.

El buen humor es una de sus señas de identidad y la presidenta de la peña lo demuestra reconociendo que, con el tiempo, se han convertido en una peña "casi gastronómica; que si cena de Navidad, de fin de temporada,...". También les define y les da solera la fidelidad de sus socios: "Somos unos 50 y unos 25 ó 30 son fundadores". Esta peña, que estuvo representada en el partido que disputó el Oviedo en Génova en la única ocasión que los azules jugaron la Copa de la UEFA, ya no viaja tanto como antes por las obligaciones de sus miembros, muchos de ellos padres de unos hijos a los que automáticamente convierten en socios. "Antes viajábamos mucho, pero ahora sobre todo vamos al Tartiere donde tenemos nuestro sitio y donde vemos juntos los partidos, también nos juntamos muchas veces en la sede para ver los partidos de fuera", dice la presidenta. Otra de las cosas que les mantiene unidos es el Whatsapp, donde tienen lugar las discusiones sobre la actualidad azul.

El nombre de la peña fue en principio tan solo una manera de ser originales, pero el tiempo ha hecho que los lazos con gente de la ciudad alemana a la que responde esa denominación se hayan afianzado. Además de estar pendientes de los resultados del equipo de esta ciudad, los viajes de sus colegas germanos se suceden. "Vinieron hace dos años, el año pasado y éste ya han confirmado que volverán otra vez para San Mateo", explica Cristina Calvo.

Hace tres décadas que Víctor Mesa y un grupo de jóvenes amigos iniciaron una preciosa historia. Con el tiempo, muchos de ellos siguen al pie del cañón, se les han unido otros y los descendientes les aseguran que en el futuro seguirá habiendo alguien de la Bochum animando al Oviedo. Hoy tomarán una cerveza mirando al cielo y pensando en qué pasará el domingo en Vallecas.