Durante la etapa en Segunda B había entrenadores que defendían que cuando llegara el play-off de ascenso, en el caso de que se alcanzara, el Oviedo sabría cómo comportarse. Los que abrazaban esta teoría argumentaban que cualquier partido del Oviedo tenía la importancia de un choque de peso, especialmente en el Tartiere, el escenario en el que la presión arruinó el crecimiento de algunos futbolistas. La conclusión era que el futbolista azul debe estar preparado para los ambientes de más presión. Es una condición que se supone cuando firma un futbolista. Esta temporada, la teoría merece una revisión. El Oviedo tiene motivos de sobra para confiar en sus posibilidades de cara al play-off, pero esta vez los argumentos vienen de la mano de los números: el Oviedo es el equipo más seguro entre los más fuertes de la tabla.

Los duelos directos se han convertido en la especialidad de los de Hierro. El del sábado en el Tartiere fue el último ejemplo, uno más que engorda la lista. El Girona, segundo, se hizo con el mando del partido desde el primer momento. Pero eso también formaba parte del plan azul, que esperó al momento oportuno para asestar sus zarpazos. El 2-0 del sábado encumbra a los de Hierro como el conjunto más poderoso entre los fuertes.

Los azules han disputado ocho partidos ante equipos clasificados en los seis primeros puestos. Y sus números son excelentes. El Oviedo ha ganado a seis rivales (0-2 en Cádiz, 2-0 al Tenerife, 2-0 al Levante, 2-1 al Getafe, 2-1 al Cádiz y 2-0 al Girona), ha empatado uno (0-0 en Girona) y ha perdido solo uno (2-1 en Getafe). Ha anotado 13 goles y solo ha recibido cuatro. En total, suma 19 puntos sobre 24 posibles, lo que significa que ante los seis primeros de la Liga, el equipo de Hierro se ha quedado con el 79,2% de los puntos en juego.

El ritmo de los azules es demasiado elevado para el resto de favoritos de la tabla. El que mantiene unos números más similares a los azules, aunque lejos, es el Girona. Los catalanes han logrado 12 puntos en los 8 partidos que han jugado ante los favoritos. Una trayectoria algo peor la lleva el Cádiz, con 9 puntos después de jugar 9 duelos. Los mismos números que presenta el Getafe, aunque con peor gol average. El Tenerife suma 7 puntos en 7 choques directos y cierra la tabla el Levante, líder en la actualidad. Los de Muñiz solo han jugado una vez con cada uno de sus rivales directos y solo han logrado sumar cinco puntos.

El rendimiento del Oviedo en los duelos serios está fuera de toda duda y el análisis en frío apunta hacia varias conclusiones. Una de las más inmediatas es que el efecto Tartiere crece en duelos de nivel. Este aspecto parece decisivo de cara a un hipotético play-off. Los azules solo saben ganar ante su gente en lo que va de 2017 y la dinámica con los equipos más poderosos refrenda esta sensación. Por el municipal ovetense han pasado ya Tenerife, Levante, Getafe, Cádiz y Girona, los cinco más regulares hasta la fecha, y los de Hierro ha sido capaces de batir a los cinco.

En cuanto a las razones futbolísticas puede haber varias interpretaciones. Una que gana fuerza incluso en el vestuario es la de que al Oviedo le viene bien competir contra equipos que están dispuestos a llevar el peso del partido. La semana pasada fue Toché el que reconoció que "cuando no tenemos que llevar el peso del partido salimos beneficiados". Cuando es Hierro el que analiza el asunto prefiere no mojarse aunque también reconoce que en ciertos momentos el equipo está cómodo en una posición menos protagonista. Un buen ejemplo se vio el sábado: el Girona tuvo el 59,9% de la posesión y chutó 20 veces, 9 a puerta. El Oviedo, con el 40,1% del control de la pelota y 14 chuts, 4 entre los tres palos se llevo el partido tras una vibrante segunda mitad.