Carlos dice que "aunque no lo parezca" es una persona "sensible". Eso quedó bastante claro el sábado, en la celebración del 91º. aniversario del Oviedo, cuando le entregaron el Trofeo Herrerita, ese que las peñas otorgan cada año el día en el que el Oviedo celebra su cumpleaños.

Al exdelantero azul, todo un referente del equipo en una de sus etapas más doradas, el reconocimiento de la gente de las peñas le ha emocionado: "Que después del paso de los años la gente joven te siga conociendo y te reconozca de esta forma es algo emocionante. Muchos de los que me votaron no pudieron verme jugar y aún así saben quien soy", explicaba.

Nacido en Úbeda (Jaén) en 1961, Carlos Muñoz Cobo llegó al Oviedo en la temporada 1987-88, con el equipo en Segunda División. Fue la del último ascenso que ha logrado el conjunto azul a Primera y en ella Carlos aportó 25 goles, siendo esa temporada el máximo goleador de la categoría de plata. Un rendimiento que le llevó al Atlético de Madrid. Allí pasó sólo un año antes de volver a "su" Oviedo, donde encadenó siete temporadas en Primera, con clasificación para disputar la Copa de la UEFA incluida. Años en los que también jugó con la selección española.

"Me emocionó tanto el Trofeo Herrerita porque es un premio muy puro, me han votado los peñistas y les tengo que estar tremendamente agradecido; había ocho candidatos y se lo merecían todos", explicaba el exfutbolista. Carlos es consciente de que el cariño de la afición azul lo ha tenido siempre, cuando era jugador y después de serlo. Tanto que está afincado en la ciudad desde hace tiempo. "Me han reconocido siempre", señala, e insiste en que este trofeo le llegó muy dentro: "Me ha llegado al alma".

Carlos es optimista en relación al presente que tiene ahora mismo el Oviedo. El sábado fue un día redondo, en el que ni la lluvia enfrió el calor de la afición y que encima se remató con una victoria importante, un 2-0 ante el Girona que sirve a los azules para seguir firmes en la zona alta de la clasificación, en puestos de play-off de ascenso a Primera. "Fue un resultado magnífico y un día sensacional. Hay que estar con el equipo; se ha demostrado que la Segunda es una categoría muy igualada y el Oviedo se ha convertido en un equipo muy difícil de batir en el Tartiere", añade.

Y es que para Carlos el Oviedo cuenta de ahora hasta final de temporada con cosas que no tiene ningún otro equipo de la categoría: "Si hay un equipo que está vivo en Segunda es el Oviedo, con una afición que no se rinde nunca y con Carlos Slim y Arturo Elías detrás", añadía. Además, para el eterno goleador azul es importante ser conscientes del lugar del que se viene: "Venimos de una época dura en la que no teníamos nada y ahora nos toca seguir trabajando e ir pasito a pasito, como dice la canción".

¿Cuál es para Carlos la razón para mantener esa relación tan cercana con la afición azul después de tantos años? Para el exfutbolista la respuesta está en su temperamento, en su carácter, en lo que representaba cuando saltaba a un terreno de juego y en que esa imagen ha quedado grabada para siempre entre los aficionados azules: "Quizá sea por mi temperamento como futbolista, la garra que le ponía, la pelea, la lucha, el pundonor".