Superado el periodo de cortesía para el actual accionista, la ampliación de capital del Oviedo entra en su fase decisiva con las mejores perspectivas que ofrece asociarse a un club liderado por el Grupo Carso. A un proyecto que encabeza Carlos Slim. La fase libre, que empieza hoy y se alarga durante los próximos seis meses, da la oportunidad a cualquier interesado de invertir en el club azul. Y esa idea, la de que participen agentes externos al Oviedo, es la que manejan los rectores azules en busca de mayor estabilidad económica, y mejores proyectos deportivos, de cara al futuro inmediato.

Jorge Menéndez Vallina lo dejó claro en su intervención en la última junta de accionistas. Explicó el presidente que "la ampliación de capital tiene como objetivo principal la entrada de nuevos inversores", dando a entender que Carso estaba satisfecho con su actual participación en el club. La idea ahora es que el grupo mexicano sea el cebo, el que abra la puerta a nuevos inversores decididos a formar parte de un proyecto con un futuro esperanzador. La influencia de Slim en el Oviedo se ha dejado notar desde el primer día, de forma directa (inyecciones económicas en el club que después se transformaron en más peso en el accionariado) y de forma inmediata. El último ejemplo se ha visto con la firma de Interprotección, grupo de empresas mexicano vinculado a los seguros y las fianzas, como patrocinador de la camiseta del club azul.

La novedad en este proceso es la prima de emisión ideada por Carso para subrayar el aumento de valor del club desde su llegada. Al valor nominal de cada participación (10,75 euros) se le suma el de la prima (19,25) para fijar el coste final en 30 euros. La ampliación está cifrada por un total de 2,5 millones pero el dinero máximo que puede ingresar el club es de 7 millones. Slim considera que el Oviedo ha triplicado su valor desde su entrada en noviembre de 2012.

Ayer se cerró la fase reservada a los actuales accionistas sin que el club azul ofreciera datos al respecto, pero las esperanzas están puestas desde el primer momento en este segundo momento de la operación. Con la estabilidad económica asegurada de la mano de Carso (Del Olmo explicó en su momento que el club quedaría con la deuda a cero en 2019 si no sube y en 2018 si llega a Primera), la operación persigue un objetivo claro: contar con plantillas más competitivas en las próximas temporadas. Para poder invertir en el mercado, los equipos de Segunda están condicionados por el tope salarial, el techo de gasto que impone la Liga en función de las previsiones de ingresos y gastos. Uno de los procedimientos más efectivos para elevar el techo es el de llevar a cabo una ampliación de capital. Si la Liga da el visto bueno, la patronal podría aplicar el 100%, el 80% o el 50% de la cantidad ingresada en el proceso a ampliar su tope. Lo haría dividiendo la cifra entre 4 para repartirla en las cuatro próximas campañas.

Carso mantiene varios frentes abiertos que se podrían cerrar en los próximos meses en un proceso caracterizado por la calma. la supervivencia, en esta ocasión, no está en juego. Se trata de ganar en ambición.