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Fútbol | ¿Qué fue de ellos?

El héroe inesperado

"Sigo sintiéndome un oviedista más", dice Dani Hedrera, autor del gol de penalti que significó el ascenso a Segunda B de los azules en Mallorca

Dani Hedrera abraza a Mario Prieto tras el ascenso del Oviedo en Mallorca, con el preparador físico Fredi Valdés a la izquierda. LNE / ALGECIRAS C.F.

Dani Hedrera era uno de las piezas básicas en la defensa del Oviedo en la temporada 2008-09. Formaba una buena pareja de centrales con Gonzalo. El andaluz es un defensa de los que saben qué hacer con el balón, de los que no les quema en los pies. Pero de ahí a convertirse en uno de los héroes del ascenso media un abismo. Los llamados a ser protagonistas eran Cervero, Curro o Chicho Villanueva. La gente con gol y que miraba más hacia adelante que hacia atrás. Pero no. Una tanda de penalti hizo protagonistas a Aulestia, el portero, y a Dani Hedrera, que tuvo la valentía de tirar el penalti que precedió a la parada de Aulestia. El andaluz hizo el último gol del Oviedo en Tercera.

Ya ha pasado mucho tiempo desde entonces pero Hedrera sigue en activo jugando en el Algeciras, equipo del grupo 10 de Tercera. Compatibiliza los entrenamientos y los partidos con su trabajo en una correduría de seguros. "Estoy jugando en el Algeciras y por las mañanas trabajo en una correduría de seguros familiar. Por las tardes voy a entrenar y los fines de semana toca jugar", explica el futbolista en conversación telefónica con este periódico.

Hedrera ha pasado por muchos equipos, sobre todo en Segunda B, llegando a jugar en Segunda División en sus inicios en el club de su localidad, el Xerez. Pero el Oviedo fue algo diferente al resto: "Es una etapa muy bonita de mi carrera, aquí coincidí con compañeros que se han convertido en amigos y tuve la suerte de vivir el ascenso y el año siguiente jugar el play-off para subir a Segunda contra el Pontevedra".

A Hedrera no le parecía estar jugando en Tercera cuando llegó al Oviedo: "Te sentías un futbolista de Primera, la afición te hacía sentirte así. Es bonito para un jugador aunque a veces es complicado por la presión que supone", reconoce el jugador. Y es que el Oviedo al que llegó necesitaba subir como fuera después de la decepción que sufrieron la anterior temporada en Caravaca. "Teníamos la presión de que el año anterior no se había conseguido el ascenso y estábamos bastante obligados a subir y por fortuna lo conseguimos, aunque el Mallorca B nos lo puso bastante difícil".

Su segunda campaña en el Oviedo fue gratificante, aunque llena de altibajos. Empezó entrenando Raúl, que había logrado el ascenso, pero el club decidió prescindir de él y fichar a Pichi Lucas. Con el técnico gallego consiguieron meterse en el play-off de ascenso a Segunda que les enfrentó a un Pontevedra que les superó con claridad: "Empezamos bastante mal pero al final conseguimos meternos en el play-off de ascenso, que fue un desastre", resume.

Al margen de lo que vivió como futbolista, a Hedrera el Oviedo le dejó un sentimiento: "Es de esos equipos que te marcan y te dejan huella, lo sigo todas las temporadas y estuve en Cádiz viendo el partido del ascenso a Segunda. Sigo sintiéndome un oviedista más", añade. El mejor momento en el caso de Hedrera es evidente: el penalti que metió en Mallorca. "El ascenso, meter ese gol, quitarme la presión, ver que entraba", explica.

Lo malo llegó la siguiente temporada, con un inicio errático y decepción final: "Lo malo fue cómo empezamos la temporada y al final el play-off de ascenso que se nos dio bastante mal, sobre todo después de que se generase tanta ilusión". Si bien, lo que más valora del Oviedo son los amigos que dejó. Tantos son que en Semana Santa tiene previsto venir de visita a Oviedo. El lugar en el que se convirtió en un héroe.

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