Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, El Requexón volvió a tener ayer presencia extranjera entre su público. A la sesión matinal se acercó una familia belga, con los dos hijos equipados con el uniforme azul, que siguieron la sesión con interés desde la grada. Al término del exigente entrenamiento, el padre y los dos hijos se hicieron una fotografía con los futbolistas azules para inmortalizar la visita.