De un lado están las decisiones técnicas, el estudio de los rivales y el análisis de las fortalezas del equipo. De otro lado, las causas fortuitas. La suma de todos los condicionantes tiene como resultado la alineación que Fernando Hierro pone en liza cada fin de semana. En el caso del choque ante el Huesca, todos los elementos parecen dirigirse en la misma dirección: el regreso al 4-4-2, el dibujo que mejores resultados ha conquistado al amparo del Carlos Tartiere. Por si había alguna duda, ayer Borja Domínguez cayó en una extraña jugada en El Requexón. Se retiró de inmediato a los vestuarios con claros gestos de dolor. Su participación en el partido de mañana es más que dudosa por lo que el dibujo con dos delanteros gana peso como esquema a emplear.

La lesión de Borja Domínguez, si finalmente le impide estar en el Tartiere, es un inconveniente importante en los planes de Hierro. Quizás no como elemento principal pero sí por las soluciones que ofrece a lo largo de los 90 minutos. No tiene el malagueño un centrocampista de sus condiciones en la plantilla. Hierro aseguró ayer que el gallego estaba pendiente de someterse a pruebas médicas y será la sesión de esta mañana, a puerta cerrada, la que revele si está en condiciones de jugar ante el Huesca,

Independientemente del estado de Borja Domínguez parece que los deseos de Hierro son los de recuperar el 4-4-2. Así ha sido la tónica en los últimos encuentros en casa, con grandes resultados. Linares, reducido al papel de agitador en las segundas partes en los choques a domicilio, pasa a desempeñar el papel de actor principal en el Tartiere. Es el destinatario de los centros en el área y el encargado junto a Toché de iniciar la presión en el campo contrario.

En la sesión de ayer, el entrenador no dio demasiadas pistas sobre lo que podrá verse en el encuentro de mañana. En uno de los ejercicios planteados sí pudo verse un esbozo de la que puede ser la defensa titular en el choque. La zaga estaría compuesta por José Fernández, David Costas, Verdés y Christian Fernández. No parece que haya muchas dudas al respecto. La recuperación del cántabro permite que el lateral izquierdo quede cubierto tras la lesión de Varela y además, como efecto secundario, hace que Costas recupere su puesto en el centro de la defensa, su posición natural.

El centro del campo también parece claro. Lucas Torró y Erice se han hecho con el puesto como pareja de pivotes mientras que las bandas parecen a buen recaudo en los pies de Susaeta y Saúl Berjón.