Aquella semana, en pleno noviembre, la preocupación era evidente en El Requexón. El equipo había sacado pecho un par de semanas antes empatando con el Lugo y encaramándose a la segunda plaza de la Liga. Pero el trastazo siete días después en Huesca supuso una dura vuelta a la realidad. Por eso había que dar la cara ante el Levante. El otro frente de preocupación llegaba por el capítulo de ausencias, más abultado de lo normal. Hierro se quedó para recibir al líder sin los lesionados Varela, Johannesson y, sobre todo, Toché; además del sancionado Óscar Gil. Los temores quedaron a un lado en cuanto el balón se puso a rodar. A los ausentes nunca se les echó en falta. El Oviedo ganó 2-0 al equipo de Muñiz para demostrar que en el Tartiere siempre llevaba la voz cantante.

Los goles fueron obra de Michu (60') y Pereira (73'), la extraña pareja que aquella tarde formó como pareja de atacantes. En ese choque, el Oviedo salió al terreno de juego con Juan Carlos; José Fernández, David Fernández, Verdés, Christian Fernández; Susaeta, Torró, Rocha, Linares; Pereira y Michu. En la segunda parte, se incorporaron desde el banquillo Erice, Nando y Jonathan Vila.

Fue una prueba concluyente del valor del grupo, de la calidad de una plantilla, la azul, que parecía preparada para grandes retos. Hoy, en Valencia, el examen gana en exigencia. Pero Hierro vuelve a confiar en la fortaleza del grupo para que la experiencia sea similar a la de la primera vuelta.

El Levante se juega el ascenso y el Oviedo mantener intactas sus opciones de meterse en el play-off. Se señala desde el club éste, el de la promoción, como objetivo al que debe aspirar el equipo. Y para lograrlo hace falta dar un paso más: es necesario sumar fuera de casa. Porque la trayectoria de los azules en la competición marca dos ritmos diferentes. El equipo arrolla en el Tartiere y le cuesta fuera. Tras romper el maleficio a domicilio el pasado 12 de febrero en Anduva, los azules han vuelto a caer en un rendimiento mejorable, al menos en cuanto a números. No gana desde entonces y ha sumado 2 puntos sobre los últimos 15 en juego fuera de casa. Las dos últimas citas (Tenerife y Lugo) han dejado mejores sensaciones que resultados, pero a estas alturas de competición los equipos buscan que les acompañe los números por encima de otras cosas. Así lo reconoció Hierro en su intervención del jueves ante los medios de comunicación.

La necesidad de sumar del Oviedo viene acentuada por la dura pugna por meterse en los puestos de play-off. El Huesca es la amenaza más clara. Marcha séptimo, a un punto de los azules, y recibe mañana al Rayo Vallecano. También llega más peligro desde detrás. El Valladolid, que recibe al Numancia, sigue a una distancia media (cuatro puntos) a los azules. El Lugo, a cinco puntos del Oviedo, y el Zaragoza, a siete, aún mantienen esperanzas de engancharse.