Como en Tenerife, el Oviedo mostró una buena imagen en Valencia. Fue robusto en momentos determinados y mostró personalidad cuando recibió el gol, en los minutos de más dolor. Como en Lugo, el equipo pudo llevarse más renta con su reacción final. En los tres casos -Rodríguez López, Anxo Carro y Ciudad de Valencia- el resultado fue el mismo: 0 puntos. A seis jornadas del final se impone la visión más pragmática y esta dice que el Oviedo acumula tres semanas sin ganar y cuatro derrotas consecutivas fuera. Su saldo último a domicilio es de 2 puntos de los últimos 18 en juego. Con esos condicionantes, la lectura del vestuario respecto a la última derrota no puedo ser positiva. "Ahora valen más los resultados que el fútbol. Lo importante es sumar", señala Berjón en una línea de argumentación muy similar a la que ofreció Fernando Hierro la semana pasada en El Requexón. En el momento de presentar números, el Oviedo está bajando el ritmo.

La consecuencia final es clara, la decepción por regresar a Oviedo sin nada en el zurrón. Pero el partido ofrece diversos análisis. "Estuvimos bien en algunas fases del encuentro aunque el rival se estuviera jugando muchas cosas. El equipo lo da todo y logra plantar cara a cualquier rival. Pero ahora lo que hay que hacer es sumar de tres en tres", analiza Berjón. Su compañero Johannesson da su visión: "Creo que un empate hubiera sido más justo: el Levante tiene un gran equipo, por eso están en Primera, pero tuvimos ocasiones para marcar". El lateral profundiza su análisis: "Al principio nos costó más pero después supimos tener controlado el partido. No materializamos las ocasiones que tuvimos y el Levante sí acertó en la suya. Esa fue la diferencia".

Duele la derrota por las consecuencias que pueden tener en la tabla (las victorias de Getafe y Cádiz les disparan y el Huesca podría dejar hoy a los azules en la séptima plaza) pero duele especialmente por la forma en la que llegó el tanto definitivo. Recibir un tanto a balón parado es una de esas acciones que tanto molesta a los entrenadores. Más aún, en el caso de un cuerpo técnico que le da tanta importancia al minucioso análisis del rival. "Lo que fastidia realmente es perder, pero más aún cuando haces un buen partido y te marcan a balón parado. Eso molesta más", reconoce Berjón.

Una de las imágenes a las que agarrarse es la que surgió tras el gol del Levante. Ya se han visto suficientes ejemplos en esta temporada de un Oviedo que desaparece tras recibir el mazazo. No sucedió así en Valencia. El equipo reaccionó de inmediato y se fue a por el Levante. Pronto avisaron Toché y Torró y el asedio se mantuvo hasta el final, con el balón parado como principal amenaza. "Estuvimos bien en esa fase del partido, justo después de encajar el gol. Tuvimos oportunidades. Nosotros trabajamos para ganar el partido y ahí se vieron las ocasiones. Pero esta vez no tuvimos fortuna de cara a puerta", señala Johannesson.

Lo que no ofrece ninguna duda es el camino a seguir para despejar las dudas. "Ganar al Alcorcón el viernes". Berjón y Johannesson coinciden en su análisis. Para lograrlo, el equipo espera que vuelva a aflorar el "efecto Tartiere".