La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

El calendario acentúa los defectos

El calendario acentúa los defectos

El exciclista Purito Rodríguez explicó en su momento, con su habitual chispa, la decisión de echarse a un lado, de anunciar su retirada. "Miré al calendario y se me echó el mundo encima", comentó. La sentencia es aplicable al Oviedo de esta temporada. Aunque aún queda margen de mejora -cinco semanas en Segunda son un mundo- da la sensación de que los síntomas de debilidad observados a lo largo de la temporada se han acumulado en esta fase final. Ya sucedió la temporada pasada, aunque con condicionantes muy diferentes: la Segunda División es una competición de supervivencia. Triunfa el que tiene los mejores argumentos futbolísticos y, sobre todo, el que los puede sostener durante más tiempo. El Levante, dominio abrumador, consiguió limitar sus resbalones, regresó a la vía correcta antes de que el daño fuera mayor. Algo así le está sucediendo al Girona, que ha superado algunas pequeñas crisis. Y los equipos de play-off también han sabido reconvertirse en el momento adecuado. Ahí está el Getafe, tercero, con cambio de entrenador incluido.

El Oviedo ha vivido a lo largo de la temporada un camino diferente. Ha ido alternando distintos registros, aunque nunca se le ha llegado a una línea de regularidad, una identidad marcada. Su rendimiento deficitario fuera de casa le ha hecho transitar en una cornisa: cualquier tropiezo en el Tartiere amenazaba con convertirse en un serio accidente. Así está sucediendo en las últimas semanas en las que se han condensado los errores percibidos durante todo el curso: al equipo le cuesta llevar la voz en los partidos, de ahí que se sienta más cómodo con los de arriba. Sin argumentos futbolísticos de peso, los errores defensivos duelen más. Un córner, una falta mal defendida, un pase impreciso en la zaga... El fallo condena a los equipos sin capacidad de rebelarse con el balón. Al Oviedo, como a Purito, se le está echando el calendario encima.

El papel de Hierro. Es la respuesta directa: apuntar al entrenador cuando las cosas no van bien. Son reglas del fútbol. El papel del técnico se evalúa al final de temporada en base a los resultados pero hay otros factores, sin reflejo en la tabla, que tienen su importancia: conviene contextualizar. Hierro cogió a un equipo bajo sospecha tras el fiasco del final de la temporada pasada: la continuidad del bloque implicaba riesgos. Asumió el encargo de reflotar el proyecto, de actuar como estandarte y de construir un equipo competitivo. Hubo fichajes desacertados, desequilibrios en la plantilla y carencias evidentes, pero el equipo, sin mucho brillo, compitió desde el principio. Hierro supo sacarle rendimiento a lo poco de lo que disponía. El planteamiento cambió en el mercado de invierno. El club acertó tanto con las salidas como con la mayoría de las llegadas. El equipo dio un paso adelante, mejoró de forma inmediata, pero lleva algunas semanas sin continuidad. Quizás ahí esté la cuenta pendiente del malagueño: que el crecimiento del equipo, resultados al margen, no haya sido tan marcado como se esperaba. Hierro, como cualquier entrenador, es responsable del rendimiento, pero los éxitos y los fracasos deben ser compartidos.

Los líderes. En los malos momentos (4 puntos de 18, por ejemplo), es donde se ve a los líderes. Y no en las declaraciones, sino en el campo. Las cinco jornadas restantes servirán para comprobar el rol de algunos futbolistas en el Oviedo, club diferente. Está en juego el futuro inmediato del club azul en la competición y el futuro inmediato de muchos futbolistas en la entidad. El examen más exigente del curso.

La esperanza. Los argumentos futbolísticos no son muy esperanzadores y la situación de la tabla no invita al optimismo. ¿Razones para creer? Que el play-off es una historia diferente, allí el guión no tiene que ver con lo vivido anteriormente. Ya se han visto suficientes ejemplos en los últimos años. Para aspirar al éxito final, al Oviedo le quedan cinco semanas para reaccionar. El play-off exige un esfuerzo notable. Debe dar un paso adelante y ganar en Tarragona, ese es el primer paso. Ya lo anunció Michu, todo lo que aparte al Oviedo de los tres puntos ante el Nàstic significará un estancamiento casi definitivo. El calendario no ofrece oportunidades ilimitadas.

Compartir el artículo

stats