Es como si todos los aspirantes hubieran malgastado su bala. En el tramo final, los nervios atenazan, la tensión engulle a las personalidades más preparadas y sólo los más fuertes consiguen dar un paso adelante. Una zancada, si se atiende al ritmo del resto de equipos. La velocidad de los de arriba se ha atascado en el tramo final y el Oviedo, con poco oxígeno, aún respira. En su peor racha de la temporada. Con tres puntos sumados de los últimos 18 en juego, los de Hierro mantienen intactas sus opciones de estar en el play-off a final de la temporada regular. El premio sigue instalado a dos puntos de distancia cuando quedan 9 por disputar.

El del fin de semana fue un combate nulo entre los de arriba. Entre los ocho primeros clasificados, sólo el Getafe logró ganar. El convincente 2-0 de los de Bordalás ante el Elche, el viernes, les asienta en la zona de play-off, tercero con 64 puntos: saca ocho puntos al séptimo. Al margen del Getafe, el resto de favoritos sufrieron algún tropiezo: empates de Levante, Girona, Tenerife, Cádiz, Valladolid y Oviedo y derrota del Huesca.

El resbalón más doloroso fue el del Valladolid. No tanto por el resultado así como las condiciones en las que se dio. Empatar en Miranda, aunque los de Pablo Alfaro tengan el farolillo rojo, puede entrar dentro de lo normal. Lo anormal llega cuando se analizan las circunstancias. Los de Paco Herrera llegaban a la cita, ayer al mediodía, conociendo los resultados de Huesca y Oviedo. Ventaja considerable si se sabe huir de la ansiedad. Para que la perspectiva mejorara, los pucelanos se fueron al descanso con un jugoso 0-2 de renta y la expulsión de Roberto, meta del Mirandés, como otro atajo hacia la victoria. En esos momentos, el intermedio, el Valladolid era sexto, equipo de play-off, con tres puntos de ventaja sobre el Huesca, séptimo, y cuatro sobre el Oviedo.

Pero los pucelanos no escaparon a la presión. Eguaras acercó al Mirandés y Balbi, en su propia meta, hizo la igualada en el 95. El oviedismo, que tenía un ojo puesto en Anduva, respiró aliviado. El empate ante el Zaragoza deja finalmente las cosas como estaban: a dos puntos de la promoción.

Al Oviedo le restan ahora tres partidos para intentar reaccionar, dar carpetazo a su mala racha y colarse en la post-temporada, el camino largo para optar al ascenso. El calendario que se le presenta a los azules no es sencillo a priori. En primer lugar, porque determina que dos de los choques se disputen lejos del Tartiere, el punto más débil de los de Hierro. El Oviedo no gana fuera de casa desde hace ocho encuentros (0-2 en Miranda), con un saldo de tres empates y cuatro derrotas.

La segunda dificultad añadida es el perfil de los rivales. El Córdoba y el Elche ponen en juego estas semanas sus opciones de mantener la categoría. Los andaluces tienen en estos momentos tres puntos de colchón sobre la zona de descenso y necesitan sumar ante los azules para huir de la quema. La situación del Elche es más comprometida. Los ilicitanos son penúltimos, tras seis derrotas consecutivas, y tienen la salvación a dos puntos. Podría darse el caso, favorable al Oviedo, de que llegaran a la última jornada ya descendidos. Entre Córdoba y Elche, los de Hierro recibirán al Sevilla Atlético, con pocas cosas en juego al margen de exhibir su talento en el escenario del Tartiere.