El Real Oviedo acudía a Córdoba intentando apurar sus opciones de ascenso. Una auténtica final cuya vital importancia no se vio reflejada sobre el césped del Nuevo Arcángel en ningún momento.

Los locales, que buscaban asegurar la permanencia, sí lo hicieron y la diferencia fue abismal entre los dos equipos.

Ya antes del primer minuto de partido se adelantaron los andaluces. Un balón aparentemente sin peligro no fue despejado por Christian y un más intenso Piovaccari se llevó la pelota para plantarse ante Juan Carlos y superarlo con su disparo.

Sin capacidad de reacción llegó el segundo de los cordobeses. Corría el minuto once cuando un disparo escorado era rechazado por el meta visitante. Galán mucho más atento que los defensores cogió el rechace y puso el balón en el área pequeña donde Piovaccari se adelantó de nuevo a los defensores para marcar el segundo.

Al Oviedo le faltó carácter para reaccionar pero también, y sobre todo, juego.

Pudo volver a engancharse al partido, en una jugada aislada, si Toché hubiera materializado un penalti mediada la primera parte pero Kieszek adivinó su lanzamiento y desvío su disparo.

Poco después el equipo de Carrión sentenciaba el encuentro en una jugada muy similar al de segundo gol. De nuevo los locales estuvieron más rápidos y listos que los azules para marcar el tercero.

Si se podía esperar una reacción de los de Hierro tras el descanso pronto se vio frustrada al transformar Javi Lara un libre directo tras golpear la pelota en la barrera para engañar a Juan Carlos.

De aquí al final el encuentro perdió toda emoción. El amplio marcador permitió un continuo correcalles en el que salió más beneficiado el equipo del Principado.

Primero Berjón redujo distancias mediada la segunda parte y ya en la prolongación Linares marcó el segundo al transformar un dudoso penalti.

Sin tiempo para más, el colegiado indicó el final de un decepcionante partido del Real Oviedo. El equipo azul volvió a fallar a domicilió y dejó una frustrante imagen que viene a corroborar un horrible final de temporada y que le ha condenado a depender de otros equipos para entrar en el playoff en el caso de que se ganen los dos próximos partidos.

No parece fácil cuando el equipo de Hierro lleva siete partidos sin conseguir los tres puntos.

Unos 100 aficionados azules se desplazaron hasta el Nuevo Arcángel y sufrieron el bochorno tanto ambiental, con altas temperaturas, como sobre el césped.