El Oviedo cortó ayer la peor racha de la temporada con un triunfo después de casi dos meses. El equipo azul triunfó, pero la grada pitó. Pitó al equipo por la errática racha, como si el conjunto azul no tuviera opciones. Pero sucede que sí las tiene y en el fútbol, al final, los milagros existen. Las tiene después de una tarde inesperada que refleja, en realidad, lo que ha venido siendo esta temporada la Segunda División: imprevisible.

A eso se agarra el vestuario del Oviedo para afrontar la última semana de la competición regular. David Costas, uno de los futbolistas más respetados por la afición -llegó en invierno y su rendimiento es muy notable- aseguró ayer que el equipo irá a Elche a ganar. "Llevábamos mucho tiempo sin conseguir la victoria. Y te plantas en la última jornada con opciones. Ojalá se dé. Iremos a ganarles y a ver qué resultados se dan. Mientras a haya vida hay esperanza", dijo el central vigués.

El defensa gallego aseguró que el de ayer fue un partido "difícil" no sólo por el rival sino también por el ambiente vivido en el Carlos Tartiere, que ajustició al equipo con una sonora pitada. "La gente tiene todo el derecho del mundo a demostrar lo que siente. En Oviedo se vive el fútbol así", señaló Costas, que fue autocrítico y asumió los abucheos: "Nosotros mismos hemos hecho que la gente reaccione así. Pero tenemos que pensar en el partido que viene. Ojalá se dé esa carambola y nos metamos", dijo, y aseguró que espera que sus amigos en el Cádiz y en el Levante "lo den todo".