Anquela, verbo grácil, había advertido en la previa que quedarse fuera de los seis primeros no sería ninguna decepción. Que el éxito del Huesca ya estaba asegurado. La reflexión trataba de quitar presión a los suyos, de enfocarlo todo como una fiesta, pero no le faltaba razón. Para el Huesca, club humilde que esta temporada ha firmado el mejor curso de su historia, estar en el play-off era el pasado verano un sueño casi inalcanzable. Pero el trabajo de Anquela, el buen funcionamiento de un bloque ordenado y la chispa de Samu Saiz obraron el milagro y estará en el play-off. En la otra eliminatoria, Cádiz y Tenerife lucharán por el pase al encuentro decisivo.

El Getafe fue tercero en la Liga y jugará la vuelta en su campo y, además, le benefician los empates tras la prórroga. Con Bordalás el equipo madrileño ha logrado un estilo reconocible. No es un equipo atractivo, no se exhibe con la pelota. El estilo del entrenador es diferente, pero eficaz: Bordalás basa su poder en una defensa cerrada, un centro del campo trabajador y el olfato de Jorge Molina, 20 goles en la competición. El Getafe parte como favorito ante un Huesca (primer partido, mañana a las 21.00 horas en El Alcoraz) que se presenta como el invitado sorpresa.

La igualdad es la nota dominante en la otra eliminatoria. La ida se juega el jueves a las 21.00 horas en el Carranza. El Cádiz perdió un puesto en la última jornada y le da cierta ventaja a los chicharreros. Los de Cervera apostarán por el plan habitual: Esperar y salir con velocidad. Apoyado en extremos profundos, con Salvi y Álvaro poniendo el picante, Ortuño (17 dianas) se aprovecha de cada balón suelto en el área. Atrás, intenta no complicarse en absoluto y Cifuentes cierra la meta con eficacia. El Tenerife, por su parte, tiene un centro del campo trabajador y a Amath, cedido por el Atlético de Madrid, que pone la explosividad cuando está sano.