Álex Arias perdió la gran oportunidad de engancharse al fútbol profesional en la temporada 2014-15, cuando fichó por el Numancia tras un año brillante en el Avilés. Su experiencia en Segunda División se resume en seis partidos a las órdenes de Juan Antonio Anquela y, sin embargo, del centrocampista no sale una mala palabra contra el nuevo entrenador del Oviedo. "Se portó de 10 conmigo", dice Álex, en consonancia con otros jugadores relacionados con el fútbol asturiano consultados por LA NUEVA ESPAÑA. La conclusión: Anquela es un profesional exigente y una persona cercana.

Nacho Calvillo, otro clásico de la Tercera y la Segunda B asturianas, sólo tiene buenas palabras sobre su experiencia con Anquela, en la temporada 2008-09, en el Alcorcón. "Es un entrenador muy trabajador, disciplinado. Le gusta que sus equipos funcionen como un reloj tácticamente. Por eso prima al grupo sobre las individualidades". Calvillo añade que "le da mucha importancia al balón parado. Es muy meticuloso".

"Cada jugador del Alcorcón sabía lo que tenía que hacer en todas las zonas del campo", recalca Calvillo, que se perdió una de las temporadas más gloriosas de la carrera de Anquela, la del ascenso a Segunda coronada por el "Alcorconazo" de la eliminación del Madrid en la Copa. Al centrocampista no le extraña, tanto por lo que conoció personalmente como por su trayectoria posterior: "Es un entrenador muy preparado. Ha conocido lo que es estar en el barro y ahora tendrá que afrontar un reto en un club que, por historia y afición, exige mucho".

Otro centrocampista asturiano, Samuel Baños, también fue un habitual con Alquela en el Alcorcón, pero ya en Segunda. "Me llamó la atención que desde el principio hizo hincapié en que había que ser muy humildes, que los que veníamos de jugar en Segunda nos teníamos que poner el mono de trabajo". Y añade: "Anquela es muy vehemente, transmite las cosas con mucha pasión. "Quiero a tres amarillos donde caiga el balón", nos decía para dejar claro el espírtu que debía tener el equipo".

Aunque, como sportinguista, quiere siempre a su equipo por delante del eterno rival, Samuel prevé buenos tiempos para el Oviedo: "Creo que no se equivocan con su fichaje. Se sabe adaptar muy bien a las circunstancias y, por carácter y experiencia en la categoría, lo veo más que preparado. Tiene mucha empatía y es capaz de adaptarse a las circunstancias del club al que entrena. El Oviedo necesita a alguien que se atreva a asumir el reto".

Anquela dio sus primeros pasos como entrenador en el equipo de su tierra, el Jaén, donde coincidió con jugadores que han desarrollado gran parte de su carrera en Asturias. Es el caso de Aitor Tornavaca, que tras debutar con el Sporting en Primera inició un periplo que le llevó a ponerse a las órdenes del nuevo entrenador del Oviedo en la temporada 2001-02, cuando el Jaén sobrevivía a duras penas en Segunda: "Fue un poco atípico. Anquela formaba parte del cuadro técnico del club y nos cogió cuando éramos un barco a la deriva".

Fueron doce partidos, entre la jornada 21 y la 32, de los que Aitor no pudo sacar muchas conclusioens: "La situación del equipo y del club en general era un poco desesperada. Anquela intengó reforzar anímicamente al jugador, sacar el máximo rendimiento con mucha intensidad en los entrenamientos. Sé que me tenía estima porque venía de hacer una buena temporada, pero jugué poco con él porque le convencían más otros compañeros". Con la perspectiva del tiempo, Aitor considera que Anquela se ha ganado esta oportunidad en el Oviedo "porque ha hecho buenas temporadas con equipos humildes. A ver cómo le va en un club en el que tendrá que manejar muchas cosas".

César Negredo, exjugador del Oviedo y ahora en el Covadonga, era un defensa prometedor cuando coincidió con Anquela en el Jaén, en la temporada 2002-03, en Segunda B. Guarda un buen recuerdo del técnico andaluz, y no sólo porque fue uno de sus fijos: "Tiene un trato muy cercano, sobre todo a los jóvenes. Pero a la hora de entrenar y competir te intenta exprimir al máximo. No se casa con nadie, juega el que mejor esté".

"Como dicen en Asturias, Anquela es un paisano", recalca Negredo, que incide en el aspecto humano del jienense: "Cuando se marcha de un sitio deja amigos porque va de cara". Pero también destaca sus méritos deportivos: "Llega con un bagaje importante. Está preparado y sabe donde se mete. Parece muy impulsivo, pero de puertas adentro es muy sensato. Quiere que el equipo tenga una identidad y trabaja lo que sea necesario para conseguirla".

"Podía estar cómodo en el Huesca y ha preferido arriesgar fichando por un equipo con aspiraciones. Tiene ganar de crecer y, como oviedista, me parece un fichaje acertado. Al final los resultados mandan, pero por condiciones y trabajo no va a quedar".

Álex Arias sabe que Anquela y el director deportivo del Numancia, César Palacios, fueron determinantes en su fichaje por el Numancia en 2014. Y que si no jugó más de seis partidos aquella temporada fue por "circunstancias personales" que afectaron a su rendimiento. "Fue un año delicado para mí y Anquela me ayudó mucho. No tengo nada malo que decir de él porque la persona es más importante que el fútbol y en ese aspecto se portó de 10".

"Era y supongo que es un entrenador muy cercano con los futbolistas", añade Arias, que también le define como "un buen paisano". Futbolísticamente, el avilesino destaca de Anquela que "le gusta trabajar mucho tácticamente y el balón parado. Aquel año, la mayoría de los goles del Numancia fueron de estrategia, para lo que teníamos un gran lanzador, Julio Álvarez, y un buen rematador, Sergi Enrich". En el Numancia, como en sus otros equipos, el técnico andaluz solía utilizar un 4-2-3-1, con tendencia a atacar por los costados y presión adelantada. Aunque en Oviedo "las exigencias son mucho mayores", Álex Arias cree que la fórmula puede funcionar, "sobre todo si el equipo es capaz de empezar bien porque, por la forma de ser de Anquela, engancharía a la gente del Tartiere".

"Ha demostrado sabiduría y capacidad", dice Carlos

Carlos Muñoz sólo coincidió cuatro meses con el Anquela futbolista, al final de la temporada 1984-85, en el Elche, pero fueron suficientes para que iniciasen una buena relación que podrán estrechar ahora en Oviedo. Amistad al margen, el delantero azul está convencido de que Anquela es el entrenador que necesita en este momento el Oviedo.

"Se ha ganado a pulso el nombre que tiene en Segunda División", señala Carlos, que añade: "Algo tiene porque todo el mundo habla maravillas de él. Ha demostrado sabiduría y capacidad en los equipos que ha dirigido". Y pone al Huesca como ejemplo: "Tenía el segundo presupuesto más bajo de lacategoría y mira la campaña que ha hecho".

Carlos espera lo mejor de la relación Oviedo-Anquela: "Viene a mi equipo y espero que este año sea el del ascenso. Ésta es una plaza muy buena, pero complicada". Carlos visitó a Anquela en su reciente visita a Oviedo y no oculta que le gustaría formar parte de su equipo de trabajo: "Mi ilusión siempre ha sido estar en el organigrama del club y ahora con más motivo".