En el Oviedo, la definición del cargo no sirve para definir toda la función del mismo. Joaquín del Olmo es “asesor”, pero en la práctica tiene mano en todas las áreas. César Martín aparece como “responsable de relaciones institucionales” aunque el día a día le confiere potestad en la dirección deportiva, la cantera y el ámbito social. “Somos el cuarto equipo de Segunda que menos gasta en personal”, se encarga de subrayar al final de la entrevista con LA NUEVA ESPAÑA para justificar esa polivalencia de los trabajadores azules. César Martín (Oviedo, 1977) ha evolucionado de central contundente a hombre de despacho. De ritmo pausado y frases largas, su discurso no rehúye ningún tema aunque su prioridad es la de no pisar ningún charco. El Oviedo de los últimos tiempos apuesta por la sobriedad y César encaja perfectamente con el perfil.
-Empecemos por Anquela, ¿Cómo lo ve?
-Intenso, se ve en los entrenamientos. Tiene las ideas claras. Y lo que percibo es que se respira ilusión desde el primer día.
-¿Por qué él?
-Ya estuvo cerca de venir en varias ocasiones. Le conocemos y valoramos su trayectoria. Es, ante todo, un trabajador nato y tiene ante sí un reto apasionante. Sabe lo que tiene entre las manos.
-La de Anquela parece una apuesta clara de la dirección deportiva.
-Aquí se toman las decisiones de forma consensuada, siempre se consulta a México. Nuestra idea de fútbol es muy parecida a la que tiene Arturo Elías. Ha sido una decisión unánime: estamos convencidos de que es la mejor opción.
-Ya ha anunciado una plantilla corta. ¿Hablamos de 22 o 23 jugadores?
-Es difícil fijar un número pero no queremos cubrir las 25 fichas. En el último tramo del mercado siempre aparecen oportunidades y no hay que cerrarse puertas, pero la idea es tener dos jugadores por puesto, uno arriba, uno abajo.
-¿Contará realmente el Vetusta?
-En primer lugar queremos que todos los jugadores de la plantilla tengan su oportunidad y, además, que los jugadores de la base puedan convencer al entrenador y tener su espacio. No queremos tapar la proyección a ningún jugador.
-Vamos con algunos nombres propios: Michu.
-Tenemos pendiente una conversación con él. Sabemos de su compromiso y su importancia en el Oviedo. Tome la decisión que tome, le apoyaremos.
-¿Esteban?
-También queremos reunirnos en los próximos días. Tiene contrato como técnico tres años más. Hablaremos con él y, después, comunicaremos lo que sea pertinente públicamente.
-¿Erice?
-Estamos en una negociación que queremos que sea buena para las dos partes. La idea es llegar a un acuerdo, de momento tiene días libres para estudiar las propuestas.
-Hay 15 jugadores con contrato. ¿Tienen asegurada su continuidad?
-Todos los jugadores saben cuál es su situación. Se lo dijimos antes de que se fueran de vacaciones. A nadie le cogerá por sorpresa la decisión que tomemos. Es posible que haya movimientos, aunque al tratarse de jugadores con contrato en vigor depende de que algunas negociaciones fructifiquen.
-El cálculo es que quedarían 8 o 9 jugadores por llegar…
-Sí, quedan bastantes. Hay algunas operaciones maduras, cerca de concretarse. El mercado tiene sus momentos. Al principio los precios están más elevados, los jugadores piden más. Y muchos futbolistas en los que hemos pensado están pendientes de ofertas de Primera. Pero no haremos locuras, ni pagaremos lo que no tenemos. Hay mucha competencia, especialmente con los descendidos, pero los atractivos del Oviedo son otros: antes que grandes contratos, vendemos un proyecto apasionante, una ciudad que vive el fútbol y una gran afición. Preferimos no entrar en nombres porque no ayuda a las negociaciones.
-¿Qué pasó con Lucas Torró?
-Se hizo una propuesta para que continuase, pero las cifras barajadas eran inalcanzables. Consideramos que no podíamos llegar.
-¿Ya saben el tope salarial?
-Tenemos una aproximación, pero depende de factores como la campaña de socios o los ingresos publicitarios. Será parecido al año pasado.
-¿Serán el cuarto equipo en tope salarial?
-No lo sabemos. Lo que sí es cierto es que hay una brecha entre los tres primeros y el resto. Después, no hay diferencias determinantes. Hay gente que piensa que podemos hacer locuras y descartamos operaciones por eso. La política del club es no hipotecar a la entidad a largo plazo, preferimos contratos cortos y por objetivos.
-¿Se va a gastar todo el tope salarial?
-No, queremos tener margen. Todos queremos tener cheques en blanco, pero hay que velar por el interés de entidad.
-Hay cambios profundos en la cantera.
-Los cambios son progresivos. Hay cosas válidas en la casa y debemos seguir en la línea de apostar por la gente joven, que se formen. La llegada de Eduardo Rergis es un signo más de que el Grupo Carso apuesta por el club y por su cantera. Sabe de la importancia del fútbol base en este club.
-¿Qué balance hace de la etapa de Roberto Robles al frente de El Requexón?
-Se ha hecho un buen trabajo, hay un nuevo enfoque en la dirección pero no pretendemos que haya cambios drásticos. No queremos que el Oviedo se identifique con nombres propios, sino que exista una identidad de club. Todos estamos de paso y en el tiempo en el que estemos debemos aportar.
-Una de las novedades es la llegada de Javi Rozada para el filial.
-Es un hombre de la casa, conoce bien la categoría y tiene una gran trayectoria, se ve en sus resultados. Queremos que a su lado progresen los jugadores, que estén preparados para dar el salto.
-También hay una ampliación de capital en curso…
-Está en manos de Carso, pero somos optimistas porque estamos en las mejores manos posibles.
-¿El mayor éxito para el club sería lograr que la deuda esté a cero?
-El Oviedo ya es autosuficiente. Y ese es uno de los mayores éxitos. Lo hemos logrado con coherencia en el gasto, con responsabilidad y sin endeudar al club. Y con la apuesta del Grupo Carso en sucesivas ampliaciones de capital. Hay cosas por hacer, pero hemos mejorado en el tema comercial y publicitario, en lo social, en comunicación, en redes sociales…
-Desde el club siempre repiten que la apuesta de Carso es firme por el Oviedo.
-Hablan los hechos. Estamos en las mejores manos posibles. Tenemos una idea muy clara y, tarde o temprano llegarán los objetivos.
