Partamos de la idea de que la pretemporada es, en muchas ocasiones, un espejismo. Un simple banco de pruebas. Pero tomemos este periodo como la oportunidad de encontrar algunas pistas, ver por dónde pueden ir los tiros. Una es que el Oviedo de Anquela tendrá un estilo directo, con chispa. No necesita de una posesión exagerada para dañar al rival. Le gusta atacar por sorpresa y en pocos toques. Otra pista es que el Vetusta, este año sí, está preparado para ofrecer alternativas. La mezcla de los dos factores, un fútbol vertical y la aportación de los chicos de la casa, sirvió para que el Oviedo cerrara el cuarto choque de pretemporada con buen sabor de boca en el empate ante la Ponferradina.

Va quedando claro que la intención de este Oviedo es llegar cuanto antes a las bandas. Anquela cree en los extremos. A partir de ahí, llega la ofensiva. El delantero busca el área pequeña, el media punta su sombra y el otro hombre de banda acecha en el palo más alejado. Uno de los dos pivotes debe merodear el área. Poco a poco, ese plan de vuelo va integrándose en la cabeza de los futbolistas. Aunque aún persistan los errores. Lógico a estas alturas.

Que el partido era una prueba veraniega se vio pronto, a los 9 minutos. Yuri pisó el área, recortó hacia fuera y la quiso poner de rabona. El público perdonó el error. Tiempo de pruebas. A los 17 Linares acertó con la red, en un buen servicio de Berjón, pero estaba adelantado. Antes de la media hora se intercambiaron los papeles: Peinó Linares y Berjón se topó con Dinu, meta local, cuando quiso picar la pelota. A los 38 Linares volvió a anotar pero esta vez con la mano. Tampoco fue válido. Dos minutos después, el vuelo fue directo: de Valentini a Linares. Sin rodeos. El aragonés controló y chutó con la zurda, pero la pelota se fue al larguero.

Al descanso, la sensación es que el Oviedo había estado cómodo. Por entonces, los canteranos ya habían llamado la atención. Edu Cortina no desentona, más bien al contrario, cuando juega con los mayores. Trabaja y tiene una virtud impagable: sabe elegir. A Asier le sobra talento siempre que encuentra una rendija. Ayer se estrenó Álvaro para demostrar que El Requexón también fabrica laterales. Prendes, Viti y Ánder irrumpieron en la segunda mitad con la misma naturalidad que sus compañeros.

De la combinación de dos de ellos llegó el gol azul. Steven cedió en el área a la carrera de Viti. El veloz canterano controló y cedió atrás, a la zona de Toché que empujó a la red. Pudo aumentar la renta dos minutos después Pucko, pero su disparo rozó el poste. Ñíguez tuvo la suya, con recorte y disparo raso. La Ponfe solo protestó con una volea de Jon García con genial respuesta de Alfonso.

Con el Oviedo dominando el choque, una jugada aislada equilibró las cosas. Menudo se sacó de la manga un sensaciones golpeo de falta para batir la meta carbayona. El golpe dolió a los visitantes que pudieron recibir el segundo en un córner en el tiempo añadido. Al margen del resultado, el choque demuestra que paso a paso el Oviedo avanza hacia lo que demanda su entrenador.