El funeral por Pilar Gil, la esposa del que fuera presidente del Real Oviedo entre 2002 y 2005, Manuel Lafuente, dejó ayer pequeña la iglesia parroquial de San Francisco de Asis, en Oviedo, durante la celebración religiosa.

Pilar Gil falleció la noche del domingo a la edad de 64 años tras una larga enfermedad. Su marido, Manuel, y sus hijos José María, Paula y Héctor, fueron arropados ayer al mediodía por numerosos familiares y amigos antes y después del funeral. El día anterior, el martes, habían recibido también muchas muestras de cariño en el tanatorio de Los Arenales, donde fue incinerado el cadáver. La noticia del fallecimiento de Pilar Gil conmocionó al oviedismo. A partir del lunes por la mañana, cuando se conoció, las muestras de cariño se sucedieron para apoyar al expresidente de la entidad ovetense, que estuvo al frente del club en sus peores momentos. El que fuera máximo dirigente del Real Oviedo recibía el apoyo de una afición que le recuerda con cariño y que le acompañó en estos momentos difíciles.

Arturo Elías, responsable del Grupo Carso, le trasmitía su apoyo en las redes sociales: "Un abrazo con mucho cariño a una persona tan importante para el Oviedo", señaló el dirigente mexicano. Paralelamente, la directiva del equipo azul emitía un comunicado en el mismo sentido. El presidente del Real Oviedo, Jorge Menéndez; el alcalde de la ciudad, Wenceslao López; el exvicerrector de la Universidad Santos González; el magistrado en excedencia Agustín Azparren; el notario Luis Tejuca y el político del PP Isidro Fernández Rozada fueron algunos de los que asistieron ayer al funeral para acompañar a Lafuente.