El Tartiere vivió su primera explosión de jubilo de la temporada diez minutos después de que se diera por comenzada la temporada. El Oviedo se adelantaba 1-0 ante el Rayo Vallecano y encima el autor del tanto era el ovetense Saúl Berjón, que ha empezado la temporada en un gran estado de forma. La alegría se acabó cuatro minutos después, cuando Amaya empataba al aprovechar un despiste de la zaga azul. Los de Anquela acabaron perdiendo 2-3 un partido en el que merecieron mucha mejor suerte.

El guión fue similar el sábado en Almería. Unos nueve minutos después de comenzar la segunda parte y con el mismo protagonista, Saúl Berjón, el Oviedo se adelantaba en el marcador. Y de nuevo veía como su rival, en este caso el Almería, le empataba a los cinco minutos. Esta vez fue un golazo de Pozo el que le costó un empate que acabó siendo el resultado definitivo del encuentro. De nuevo el Oviedo mereció algo más del punto que sumó en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.

La suerte no acompañó en ninguno de los dos partidos al equipo entrenado por Juan Antonio Anquela. Tan poco tiempo estuvieron por delante en el marcador que ni tuvieron ocasión de cambiar el planteamiento del partido ni de jugar teniendo en cuenta que tenían ventaja para que fuera el contrario el que tuviera la obligación de atacar y de darle la vuelta al encuentro.

En el caso del Rayo Vallecano las cosas empeoraron aún más. Los azules recibieron otros dos goles que les acabaron costando la derrota en el debut en Liga. El disgusto fue algo menor porque el equipo dio buena imagen y la afición congregada en el Tartiere así se lo reconoció.

El sábado ante el Almería la cosa no pasó del tanto del empate y si algún equipo pudo haberse llevado los tres puntos a partir de ese momento ese fue el Oviedo. Uno de los que más lo intentó fue Saúl Berjón. El delantero ovetense fue un incordio para la defensa del Almería y aúno su buen estado de forma a un talento que le convierte en uno de los atacantes más peligrosos de la categoría. También dejaron buenos detalles jugadores como Hidi, Diegui Johannesson o el canterano Viti.

Al Oviedo solo le falta a partir de ahora hacer que la felicidad le dure algo más de cinco minutos y le sirva para sumar de tres en tres.